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Bien se sabe: el paso de Giancarlo Stanton a los Yanquis hizo cundir el pánico en 29 cuerpos de pitcheo de la MLB. Sonora como los clarines de un ejército, la operación acababa de desembarcar al líder de jonrones de la Liga Nacional (y MVP de 2017) en el puerto de Aaron Judge, líder de jonrones de la Americana (y Novato del Año por unanimidad).
El ajedrez de Brian Cashman había conseguido hacer enroque con dos reyes que vienen de vencer la barrera del medio centenar de bambinazos en una temporada. Stanton disparó 59; Judge, 52. Inevitablemente, el cerebro de los memoriosos se llenó de analogías con los one-two más poderosos que han juntado maderos en el mejor béisbol del mundo.
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Yanquista fervoroso, no quise cometer el sacrilegio de pensar en los tándems que armaron Ruth y Gehrig o Mantle y Maris. De manera que preferí acordarme entonces del primer gran binomio interracial, Eddie Mathews y Hank Aaron con los Bravos de Milwaukee-Atlanta, y también de la dupla terrible que armaron Gil Hodges y El Zorro Plateado, Duke Snider, con los Dodgers de Brooklyn y Los Ángeles.
Muchos monstruos de dos cabezas se han enseñoreado en la pelota. Por los Gigantes de San Francisco transitaron los dos Willie, Mays y McCovey. En la Máquina Roja del Cinci estuvieron Johnny Bench y el avileño Tany Pérez. Los Medias Rojas destrozaron la vieja Maldición del Bambino gracias a los esfuerzos conjugados de Manny Ramírez y David Ortiz. Hay demasiados casos más: Nap Lajoie hizo yunta con Joe Jackson en la Tribu de Cleveland, Jimmie Fox y Al Simmons tiraron del carro de los Atléticos de Filadelfia, Roberto Clemente y Willie Stargell desarmaron montículos para los Piratas...
Sin embargo, ninguna de las grandes parejas referidas –excepción hecha de aquellas de los Yanquis- se pudo combinar para 100 cuadrangulares en una campaña. ¿Que cuántas veces se ha consumado la proeza? Solo cinco.
Los primeros en conseguirlo fueron Ruth y Gehrig en 1927, cuando la plantilla del Bronx ganó 110 juegos apoyada en su célebre Fila de los Asesinos. Entonces, Babe estableció un inverosímil récord de vuelacercas con 60, al tiempo que El Caballo de Hierro lo escoltaba con 47. Total: 107 batazos de vuelta completa.
Pasado mucho tiempo, Mantle y Maris sostendrían en 1961 la carrera del siglo por un liderato de jonrones. Los M&M Boys desplegaron una pulseada inolvidable que terminaría con Roger destrozando la marca de Ruth por la mínima diferencia, y Mickey “limitándose” a 54 debido a una lesión en la cadera que lo sacó de los line ups en el último mes del calendario. Súmelo usted: 61+54=115. Hasta hoy, ningún dúo ha podido pegar más cuadrangulares en un año.
Los Cardenales tendrían el privilegio de gozar de un one-two centenario en 1998 por mediación de Mark McGwire y Ray Lankford. El Big Mac estaba en el apogeo de su amorío con los esteroides y despachó 70 Rawlings fuera de los límites del parque, mientras el zurdo Lankford cerraba un gran capítulo con 31 jonrones. A la postre, 101 bambinazos de conjunto.
Después, la gloria tocaría en 2001 a la puerta de los Gigantes de Barry Bonds y Rich Aurilia. En el tope de su espléndida carrera, el hijo de Bobby sopló 73 conexiones rumbo a la estratósfera (un record que amenaza con eternizarse, da lo mismo si con inyecciones o sin ellas), al tiempo que el infielder consiguió por mucho su Top Season y se saltó la barda 37 veces. A la postre, un global de 110 palos de vuelta entera, la segunda mayor cantidad de la historia.
La última ocasión en que dos jugadores sobrepasaron la centena de jonrones ocurrió en 2002, y tuvo en roles protagónicos a otro par de estelares vinculados con el doping. En esa época, Alex Rodríguez y Rafael Palmeiro jugaban para Texas, y entre ambos firmaron el número redondo: el nacido en Estados Unidos fijó en 57 la cifra más alta de jonrones de toda su aventura beisbolera, y el habanero –a la sazón con 38 abriles- lo secundó con 43.
Vistos todos los casos, regresemos a los comienzos de este artículo. ¿Será posible que Stanton y Judge se conviertan en la sexta mancuerna de todas las épocas (y tercera de los NYY) en lograr la hazaña? Su acumulado de 2017, ¡111!, lleva a pensar que sí. Las proyecciones de los sitios especializados, siempre muy conservadoras, sostienen que no. Personalmente pienso que van a hacerlo alguna vez, pero no en la campaña venidera, donde uno estará atravesando por las tribulaciones de la segunda temporada y el otro empezará a habituarse a la presión del uniforme más bonito del deporte.
Anote el dato: en 2019, si la salud los acompaña, Judge y Stanton van a poner en jaque a los míticos M&M Boys.
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