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Poco más de una semana ha pasado desde el combate entre el cubano Yunier Dorticós y el ruso Murat Gassiev, como parte de la ronda semifinal de la Súper Serie de Boxeo. Tras doce asaltos frenéticos, el euroasiático noqueó al caribeño antes del último campanazo y se alista para el cierre de una justa con ribetes de especial.
La pelea tuvo gran aceptación. Todos coinciden en que será una de las más salvajes del 2018, a pesar de que la historia del pugilismo profesional de este periodo recién comienza. Los comentarios se basan en la entrega de los rivales, en el buen andar técnico-táctico y en la preparación física de ambos, entre otros detalles positivos.
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No quedan dudas de que la Súper Serie llegó para quedarse y el proyecto ha sido un rotundo éxito. Unir a los mejores siempre traerá saldos atractivos. La incertidumbre es si la estrategia llegará a cada una de las divisiones.
Gassiev disputará la final frente al ucraniano Alexander Usyk, el venidero 11 de mayo, pero desde ya se habla de una posible revancha ante Dorticós, quien perdió el invicto en Sochi, aunque no su credibilidad boxística.
El tema no se abordará antes del cierre de la competición. Sin embargo, existen ciertos indicios que confirman que, en efecto, pensar en un segundo enfrentamiento no es nada descabellado. Los dos pertenecen a Warriors Boxing y el grupo siempre buscará que sus peleadores generen noticias y protagonicen duelos estelares.
El otro lado que representa a Dorticós, Caribe Promotions, también está claro que de extenderse la oportunidad no la dejarán pasar y, la verdad, no habría por qué hacerlo. Su representado continúa en la élite del peso –tal vez más que nunca-, a pesar de haber perdido la faja de la Asociación Mundial. Y, por demás, su pupilo ansía volver a ser monarca del peso. Las cuentas son exactas en esta ocasión.
Más allá de ver minimizar su status, el púgil cubano observó cómo el público premió su esfuerzo y aplaudió su enorme valentía. Y aunque resulte cruel decirlo, su actuación resultó la antítesis de la imagen dejada por Guillermo Rigondeaux ante Vasyl Lomachenko. Si lamentablemente “El Chacal” dejó la sensación del vencido antes del primer asalto, Dorticós colgó la fotografía del guerrero que nunca se dio por derrotado.
Los fanáticos del boxeo buscan eso, indagan sobre el fajador que no pone la marcha atrás y contesta cada ofensa, sin amilanarse, sin pensarlo más de una vez, sin temer a la posible contesta, por muy enérgica que ésta pueda ser. Todo eso hizo el ex monarca del orbe en la mismísima casa de su rival y –sin saberlo- negoció la derrota de una noche y la victoria de la eternidad.
Quien crea que la revancha suena a utopía, está equivocado. Millones anhelan volver a ver a Yunier Dorticós y a Murat Gassiev sobre el ensogado y ambos dispuestos a molerse a golpes para guardarse la gloria en el bolsillo. Al final, parte de todo conlleva a eso.
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