A raíz de la última masacre en una escuela de Broward que se llevó la vida de 17 estudiantes y profesores se ha reabierto el debate recurrente sobre la venta indiscriminada de armas en Estados Unidos.
Hay quienes defienden el derecho a portar armas de los ciudadanos, amparado en la tan famosa y recurrida Segunda Enmienda, y quienes plantean que esa enmienda no especifica que se puedan comprar armas de asalto, o que se pensó para armas de otra época, que no eran tan mortíferas. En concreto la enmienda, traducida al español, dice más o menos así:
“Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido”.
Y sí, es transparentemente claro que no se deberá restringir el derecho del pueblo a poseer y portar armas. ¿Pero con qué objetivo? Para tener una milicia bien ordenada, que sería necesaria para la seguridad de un Estado libre. ¿Dónde está el orden en la venta indiscriminada de armas a cualquier persona, incluidos aquellos que pueden ser una amenaza directa al Estado libre?
El tan cacareado derecho constitucional ha llevado la venta de armas al extremo de venderlas a personas con problemas mentales, posibles terroristas. Personas en listas negras o sospechosos de terrorismo no pueden montar en un avión, pero pueden adquirir fácilmente fusiles de asalto en EE.UU. Estas personas y otras con antecedentes penales y un largo etcétera está claro que no deberían poder adqurirlas, pero pueden hacerlo con facilidad.
¿Tiene sentido esto?
¿No debería existir un proceso que valorara la aptitud de una persona a la hora de poseer armas o determinadas circunstancias específicas que impidieran su posesión?
¿Y dónde debería estar el límite?
¿Puede un ciudadano u organización privada/milicia poseer un portaviones? ¿Un tanque de guerra?¿Una ojiva nuclear? ¿Un arma biológica? ¿Una bazooka o un lanzacohetes? En la Segunda Enmienda obviamente no existen límites, entonces ¿la seguimos al pie de la letra?
Otro punto importante de análisis es si la existencia masiva de armas es causante de dichas masacres. Mi opinión es que sí lo es.
Al margen de que debe existir un cierto desequilibrio mental para realizar un acto así, y que quizá éste es el punto de partida de la situación, el hecho de tener acceso a armas de asalto convierte en una matanza un acto que pudiera tener consecuencias limitadas de no tenerse acceso a ellas.
Sólo basta mirar, por ejemplo, dos ataques con cuchillos ocurridos recientemente en París y Finlandia. La cantidad de muertos fue mucho menor y el ataque, más fácil de controlar por las autoridades. ¿Qué hubiera ocurrido en ambos casos si el atacante hubiera portado un AR-15? El desenlace hubiera sido muy diferente.
Continuando con los desequilibrios mentales y las armas de fuego, según el CDC, cada año se suicidan en EE.UU. con un arma de fuego unas 22.000 personas, duplicando el número de ahorcados y triplicando el de envenenamientos. ¿Quizás sin acceso a armas de fuego habría menos suicidios?
Un efecto secundario a esta existencia masiva de armas es el “miedo” que se ha vuelto endémico en las fuerzas del orden. Están tan “amedrentados” porque los ciudadanos puedan tener armas de fuego que les disparan a hombres desarmados, a niños, a enfermos que han solicitado ayuda y a cuanta cosa parezca que sea una remota amenaza para sus vidas.
Las masacres y tiroteos no son exclusivos de Estados Unidos. Ha habido tiroteos en Australia (donde después de una década de ataques se impuso un estricto control de armas que redujo a mínimos la incidencia de los mismos), Francia, Corea, Alemania, Noruega, Inglaterra, etc. pero en ningún país con la recurrencia de EE.UU.
¿Quizás la existencia de muchísimas más armas, 90 por cada 100 habitantes, y el descontrol absoluto de su venta es la causa de tal incidencia? Es algo obvio.
Lo que es una realidad es que la venta de armas es un negocio muy lucrativo. ¿Es normal que existan 265 millones de armas de fuego en EEUU? Son más armas que personas adultas. ¿Quién “necesita” tantas armas? Un dato curioso es que la mitad de esas armas estén en manos del 3% de la población. Aproximadamente 8 millones de estos americanos tienen de media de 17 armas en su arsenal, algunos poseen cientos de armas. Algo un poco loco ¿no?
Pero mientras continúe el negocio y los políticos reciban cuantiosas donaciones de las asociaciones de armas, como el NRA, no habrá solución.
Si no se toman medidas reales de control de venta y posesión de armas incluido un proceso de re-compra (gun buyback) que retire millones de armas de las calles, habrá que irse acostumbrando a los tiroteos masivos. Si no se hace algo, pronto serán tan cotidiano como los reportes de accidentes de automóviles en cada noticiero. Por cierto, para conducir un automóvil, un “arma” mucho menos mortal, hay que sacar una licencia.
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