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El fabricante chino Geely ha pasado a ser el mayor inversionista de la empresa alemana Daimler, dueña de Mercedes-Benz. La compra por parte de Li Shufu, fundador y principal propietario de Geely, significa a todas luces una apuesta de grandes proporciones que revolucionará el mundo de la industria automotriz.
La compañía china ya era dueña de la sueca Volvo y la inglesa London Taxi Company.
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Los alemanes se han alarmado con la noticia y muchos creen que los chinos están teniendo demasiado influencia en el mercado del país. Pero el Gobierno alemán salió al paso y dijo que no bloquearía la compra del paquete.
"Alemania es una economía abierta que da la bienvenida a las inversiones", comentó la ministra de economía Brigitte Zypries a la prensa. No obstante aclaró que dicha apertura "no debería ser utilizada como puerta de entrada para favorecer los intereses de las políticas industriales de otros países".
Analistas prevén que Shufu se lanzará junto con la poderosa y prestigiosa casa alemana para "enfrentarse" a competidores como Tesla, Google y Uber.
Hasta ahora no parece que priorizarán los autos eléctricos ni el pilotaje automático. Geely dijo que se limitaría a tener "más participación", y aunque no especificaron en que términos la empresa china pudiera "inmiscuirse" en los planes de la Daimler, las alarmas ya están sonando.
La propia firma alemana lanzó un comunicado esta semana diciendo que se complacían con la llegada del nuevo inversionista.
Alemania habría endurecido con anterioridad esta política de "fusión" entre empresas, justo en el año 2008, cuando la automotriz Porsche acumuló una participación cercana al 30 por ciento en la Volkswagen sin informar previamente a los inversores.
De acuerdo con información de fuentes, Geely habría ya cruzado un "límite" establecido para evitar otro "porschazo".
"Con el antecedente del caso actual, el Gobierno federal examinará si las reglas existentes son suficientes para entregar un nivel adecuado de transparencia, o si son necesarias más orientaciones", decía un informe del Ministerio de Economía al comité económico del Parlamento alemán, visto por Reuters el miércoles.
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