El 29 de agosto de 2016, otra vez el estadio Victoria de Girón atestiguó uno de esos episodios en que el béisbol se convierte en deporte de combate cuando el cátcher tunero Yosvani Alarcón agredió al lanzador Alexander Rodríguez, quien vestía la franela del equipo de casa.
“Creo que sencillamente tuve un lapsus, me bloqueé un poco y hoy lo estoy reconociendo. Por eso les pido disculpas a todos”, diría Alarcón tiempo después de ser sancionado a un año lejos de los diamantes.
El asunto es que había antecedentes, pues el receptor le había pegado un jonrón descomunal a Rodríguez en la semifinal del campeonato previo. En su momento, así se lo explicó él mismo al periodista Dubler Vázquez:
“En ese juego yo salgo como emergente en el noveno inning. Cuando estoy en el círculo de espera, el pitcher que estaba trabajando era Yosvani Pérez, que todavía tenía ventaja de cuatro carreras y no creo que estuviera explotado ni nada por el estilo. Sin embargo, cuando entro al cajón de bateo, veo al director del equipo de Matanzas que sale, llama precisamente al mismo pitcher al que le di el jonrón en los play off pasados, y hace algunos gestos y dice algunas cosas que me pareció estaban aludiendo a lo que había pasado en la postemporada anterior. Ya eso comenzó a darme qué pensar, porque te repito, no me parecía que hubiera muchas razones para sustituir al que estaba trabajando en ese momento. De hecho, un jonrón mío ni siquiera habría empatado el juego.
“Después el relevista hace sus lanzamientos de calentamiento y termina con algunos gestos que también se me hicieron un poco ofensivos, y todo eso se fue juntando, hasta conseguir bloquearme psicológicamente. Los que me conocen saben muy bien que no es mi estilo el alterarme rápido ni mucho menos, pero es que casualmente casi ningún pitcher me hace un primer lanzamiento por dentro, por lo general me trabajan hacia la esquina de afuera. Él le dice tres veces que no al cátcher y el lanzamiento es por dentro, que si realmente no llego a estar preparado para esa posibilidad me hubiera pegado en las manos. He visto varias veces el video y estoy convencido de eso”.
Más allá de la apreciación de Alarcón sobre la cercanía del lanzamiento –cosa que no comparto-, lo cierto es que lo que ocurrió seguidamente fue una escena digna de cualquier combate de lucha libre, pues el tunero le aplicó una sonora proyección al pitcher. Luego la bronca seguiría en el suelo, con caída del árbitro de home incluida.
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