Los grandes maestros del jazz cubano, Chucho Valdés y Gonzalo Rubalcaba, ofrecieron un concierto en el Symphony Center de la ciudad de Chicago que fue catalogado de brillante por la prensa especializada.
“Su música superó las expectativas y no porque los pianistas tocaran más rápido, más fuerte o más brillante de lo que sugerían sus reputaciones. No, fue la claridad, el equilibrio, la sensibilidad y el brillo tonal de su trabajo lo que hizo de este un modelo de lo que puede ser la improvisación de dos pianos, pero rara vez lo es. Agregue a eso la magia bien establecida de sus logros técnicos y el pulso afrocubano de toda la música que tocaron (aunque a ritmos muy variables), y tuvo una avalancha de virtuosismo de piano en un nivel que rara vez se alcanza, dijo el diario Chicago Tribune.
Ambos pianistas están de gira por Estados Unidos para presentar el proyecto Trance con el que se unieron para interpretar sus diferentes estilos dentro del jazz.
“En medio de los fuegos artificiales del teclado y las ideas musicales profundamente establecidas, otro tema estaba en juego: un diálogo entre pianistas de dos generaciones, ambos nacidos y nutridos en Cuba y que ahora viven a pocos minutos el uno del otro en Florida. El tirón entre sus distintos conceptos de armonía y estructura musical enriqueció su diálogo, el público que escucha a Valdés, de 76 años, y Rubalcaba, de 54, que ve la tradición afrocubana desde distintas perspectivas, agregó el cronista Howard Reich.
Este proyecto tuvo sus inicios en un concierto el pasado año en El Gran Teatro de La Habana, donde Gonzalo Rubalcaba y Chucho Valdés regalaron dos sendos conciertos especiales como preámbulo de esta gira con la que han estado cosechando aplausos en Europa y Estados Unidos.
En el concierto en Chicago acudieron a temas de autores universales y piezas propias. Una de los momentos que llamo más la atención fue la interpretación del tema Mambo influenciado, de Chucho Valdés.
El Mambo Influenciado de Valdés no solo estuvo a la altura de su título, sino que también ofreció a los pianistas la oportunidad de producir lluvias de notas a una velocidad notable. Sin embargo, jugar trillizos de lanzamientos rápidamente no es un arte. Hacerlo desde dos pianos, manteniendo la claridad de cada nota y manteniendo la transparencia total del sonido del conjunto, sí lo es. Porque en esta pieza y en otras, Valdés y Rubalcaba se esforzaron por trabajar en diferentes registros de sus respectivos teclados y evitar bloques de sonido demasiado gruesos. Por lo tanto, la música resultó texturalmente lúcida, no importa qué tan rápido y furiosamente estos 20 dedos volaran.
El periodista también elogió la versión de Rubalcaba de El Manisero, otro de los momentos especiales del espectáculo.
“La versión solista de Rubalcaba de El Manisero (The Peanut Vendor) iluminó la calidad de búsqueda de su enfoque, el pianista cambia constantemente el tempo, saboteando patrones y aventurando en una armonía enrarecida. No es una exageración decir que los pasajes técnicamente más ambiciosos de Rubalcaba aquí evocaron a Vladimir Horowitz, una comparación que no se toma a la ligera”.
Los músicos seguirán de gira por Estados Unidos y otros países unidos en este dúo que prestigia el nombre del jazz cubano.
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