La Habana, 6 mar.- Chile, Uruguay y Países Bajos son algunas naciones latinoamericanas y europeas que reportan en los últimos meses un alza en la llegada de emigrantes cubanos, como parte de un éxodo que continúa a pesar de la reducción de privilegios migratorios en Estados Unidos.
Mayoritariamente abandonan el país personas en edad laboral, sobre todo jóvenes, en una nación en crisis económica desde 1991 y con predicciones de muy bajo crecimiento económico a corto y mediano plazo.
El año pasado, 1.603 cubanos solicitaron refugio en Chile, lo que representa 30 veces más la cantidad solicitada en 2016, cuando apenas llegaron 56 isleños al país austral, informó el Ministerio del Interior y de Seguridad Pública de ese país sudamericano.
Pero el arribo de inmigrantes indocumentados a tierras chilenas pudiera pronto llegar a su fin, teniendo en cuenta que ambos países iniciaron el proceso de negociación de un Memorando de Entendimiento en Materia Migratoria.
Disminuye llegada de cubanos a EE.UU.
Según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, en el año fiscal 2017 (desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 30 de septiembre de 2017) llegaron 15.410 cubanos de manera irregular por la frontera con México.
La mayoría logró entrar al país antes de decretarse el fin de la política pies secos-pies mojados, el 12 de enero.
La cifra representa alrededor de 35 por ciento de los 41.523 que arribaron por idéntica vía durante el año fiscal 2016, comparó dicha instancia.
La Guardia Costera apuntó que en el año fiscal 2017 fueron interceptados 1.934 cubanos que intentaron entrar ilegalmente en Estados Unidos por vía marítima.
El número resulta muy inferior a los 7.411 cubanos capturados durante el año fiscal 2016 y los 4.473 del año fiscal 2015, cuando se disparó la llegada de los llamados balseros, ante la incertidumbre por un posible cambio de la política migratoria.
Así lo confirmó en un escueto comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, que dio cuenta de la celebración en Santiago de la I Ronda de Conversaciones Migratorias binacionales, el 26 de febrero último.
Ambas partes “reafirmaron la voluntad y el compromiso de sus respectivos gobiernos de realizar acciones conjuntas en aras de garantizar un flujo migratorio regular, ordenado y seguro, así como combatir fenómenos tales como el tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas, asociados a los flujos de migrantes irregulares”, agregó el texto.
Poco antes de abandonar la Casa Blanca, el 12 de enero de 2017, el entonces presidente Barack Obama (2009-2017) canceló la política especial para los ciudadanos del país caribeño que les otorgaba ventajas migratorias en Estados Unidos, así como el programa de admisión provisional (parole) para profesionales de la salud, en terceros países.
En ese entonces se estimaba en más de 40.000 el número de cubanos que decidían emigrar a Estados Unidos anualmente, tanto por vía legal como ilegal.
La sorpresiva directiva presidencial dejó en un limbo a miles de cubanos que se encontraban en Centroamérica y México, en tránsito hacia Estados Unidos, y que desde noviembre de 2015 protagonizaban una crisis migratoria.
Desde entonces se constata una reducción drástica del número de emigrantes nacionales que intentan llegar a la nación norteña, aunque se crearon nuevas alternativas migratorias.
Cubanos miran al sur
Por ser una de las naciones menos violentas del continente y establecer una documentación migratoria sencilla, alrededor de 6.350 cubanos ingresaron a Uruguay en 2016 y 2017, según la Dirección Nacional de Migración.
Solo en nueve meses llegaron 220 isleños a Santa Rosa, una localidad de 3.700 habitantes a 53 kilómetros al norte de Montevideo.
Medios de prensa compararon que tal comportamiento equivaldría a si la capital uruguaya recibiera en pocos meses a 82.000 cubanos.
Lo anterior ha llevado incluso a las autoridades de la nación sudamericana a abrir sendas investigaciones por eventuales cadenas de tráfico y trata de hombres y mujeres de nacionalidad cubana.
Casi 90 por ciento de los recién llegados a Montevideo tienen entre 15 y 59 años y muchos entran a Uruguay a través de Guyana, un país que no les pide visado, y desde donde los de la isla también viajan a Brasil y Argentina por vía terrestre.
Incluso la ruta migratoria se ha extendido al viejo continente
Días atrás, un grupo de cubanos en Ámsterdam solicitaron al Gobierno de Holanda y al papa Francisco su intercesión para que el Servicio de Inmigración y Naturalización de los Países Bajos conceda el estatus de refugiados a más de 300 ciudadanos.
La campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org inició el 26 de febrero como iniciativa de Víctor Manuel Dueñas, quien junto a otras siete personas quedaron varados en el aeropuerto Schiphol.
El Servicio de Inmigración y Naturalización de Holanda introdujo a partir del 29 de enero un requisito de visa de tránsito para los cubanos, debido al aumento en el número de quienes realizaban escala en dicha nación y decidían permanecer y pedir asilo.
De 29 cubanos que solicitaron refugio en los Países Bajos en 2016, la cifra ascendió en 2017 a 256. El 90 por ciento de las aplicaciones el año pasado fueron negadas, según cifras oficiales. (2018)
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