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Un estudio aseguró este jueves que las noticias falsas aparecidas en las redes sociales tienen una difusión mayor que las verdaderas.
Según investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, las noticias falsas tienen en Twitter una capacidad de difusión y se comparten un 70 % más que las verdaderas o más veraces.
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Para su sorpresa, el estudio, publicado en la revista Science, encontró que no son los robots o bots informáticos (programas que imitan el comportamiento humano en trabajos de gestión en Internet), los que propagan estas mentiras de rápido consumo, sino los propios usuarios.
Las informaciones falsas se propagan “significativamente más lejos, más rápido, más profunda y ampliamente en todas las categorías de información, y los efectos fueron más pronunciados para noticias políticas falsas”, aseguró la publicación científica, basada en el análisis de 126.000 afirmaciones propagadas por Twitter entre 2006 y 2017.
Las falsas noticias políticas, por ejemplo, viajan 6 veces más rápido que las de cualquier otra índole, incluyendo las relacionadas con leyendas urbanas, datos y sucesos vinculados con los negocios, el terrorismo o la tecnología, las cuatro categorías más volátiles por detrás de lo político.
Para colmo, usuarios más recientes en Twitter, con menos seguidores y menos actividad suelen difundir falsedades con mayor alcance e impacto. Novedades replicadas o generadas por usuarios más confiables y antiguos en la red social suelen producir un efecto de interés menor.
Para tranquilizar un poco debido a la gravedad del asunto, los científicos del MIT aseguraron que no se trata de que la gente se interese más por la mentira, propiamente dicha.
Para ello, se apoyan en lo que definen como “hipótesis de lo inusual”, lo que significa que el tipo de contenido falso se difunde mejor porque suele ser más novedoso que la verdad.
La noticia no es del todo nueva. Desde la época de Sócrates la gente viene interesándose más por lo novedoso, aunque no sea del todo cierto, que por lo verdadero. El protagonista de los Diálogos de Platón recibió menos interés público por las verdades que propagaba que por un chisme homoerótico de cama, ¡que le costó la vida!
Por cada profeta honrado que ha habido a lo largo de la historia han surgido mil farsantes, desde los tiempos en que un judío carpintero predicaba en Galilea, algo que también, de paso, lo llevó a la muerte.
O sea, decir la verdad no solo suele ser peligroso, sino que genera menos éxito que la mentira, también en Internet.
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