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El bloguero oficialista Javier Gómez Sánchez se ha apuntado a la cruzada contra los reguetoneros cubanos. En un artículo compartido por el blog La pupila insomne, del analista político Iroel Sánchez, incluido en la lista de Represores de cuello blanco del castrismo, asegura que el reguetón es "política, y culturalmente, compatible con la Cuba que Miami necesita".
En su oponión, en Miami no interesan el jazz o la salsa cubana porque son frutos de la 'Revolución'. El elitismo o la clase de estos géneros musicales, añade, causan entre los presentadores de la Florida "incomodidad, crispación disimulada y molestia contenida". En cambio el reguetón es el símbolo "del supuesto fracaso de las políticas culturales" del Gobierno cubano. Por eso "algunos disfrutan al hacer visible en Cuba el asunto del reguetón porque representa todo lo contrario a la educación cultural de un pueblo", señala.
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Gómez Sánchez aprovecha también para culpar a los anticubanos de premiar a Gente de Zona en Viña del Mar o una canción antiaborto de Danay Suárez. Él considera que con esto, lejos de tener en cuenta a la música cubana, la están atacando al mostrar a personas que no representan ni cultural ni ideológicamente lo que les enseñaron en las escuelas de la Isla.
También simplifica el éxito de los reguetoneros asegurando que su promoción y sus giras salen más baratas porque ya no tiene que viajar una orquesta completa sino un cantante y un Dj. Los acusa, incluso, de sobornar a promotores y presentadores para que su música sea programada en locales de moda o se escuche en los medios de comunicación.
Gómez Sánchez defiende además que la afición de los cubanos "de extracción humilde" y su indentificación con los valores que defiende el reguetón se debe "a la divulgación y amplificación deliberada, que termina induciendo a ese tipo de consumo".
Como colofón termina poco más que llamando palmeros (gente que va a aplaudir en los mítines políticos) a los reguetoneros cubanos que comparten escenario con figuras internacionales. Está convencido de que el featuring desminuye la valía musical de los artistas que la tienen, cuando comparten videoclip con la vulgaridad del reguetón, que para él es un género musical sinónimo de sexo e ingresos fáciles.
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