Cuba celebrará este domingo las elecciones de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, quienes en abril designarán al sucesor de Raúl Castro que quedará al frente del país.
Aunque muchos dan por sentado que el futuro presidente será Miguel Díaz-Canel, de 57 años y actual primer vicepresidente, habrá que esperar hasta el 19 de abril para ver quién quedará al frente de Estado y del gobierno, además de dirigir las Fuerzas Armadas Revolucionarias. A no ser que la Constitución se modifique, será la primera vez desde 1959 que un civil dirija el Ejército.
Raúl Castro, con 86 años, se retirará en abril, aunque seguirá siendo el primer secretario del Partido hasta 2021, algo que muchos han visto como una señal negativa en cuanto al poder real que tendrá su sucesor.
Díaz-Canel fue ministro de Educación Superior y primer secretario del Partido en las provincias de Villa Clara y Holguín. Hombre de pocas dotes oratorias, en los últimos meses ha arremetido en sus críticas a la prensa independiente y a los cuentapropistas.
Su eventual elección ya es algo que no agrada en los círculos republicanos en Estados Unidos. Este sábado, varios congresistas de origen cubano –entre ellos, el senador Marco Rubio y los representantes Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart– han solicitado al presidente Donald Trump que no reconozca como válidos los resultados del sufragio.
En la votación del domingo se elegirán 1.265 candidatos a las Asambleas Provinciales y 605 a la Asamblea Nacional. Según la Ley Electoral en su artículo 77, las candidaturas son propuestas por la Comisión de Candidaturas, que está integrada exclusivamente por representantes de organizaciones políticas y de masas.
Ello significa que ningún aspirante podría por sí mismo llegar a ser miembro de los órganos de gobierno de Cuba. De hecho, plataformas opositoras han querido nominar candidatos que no pertenecen ni al Partido ni a instituciones oficialistas, y el acoso que han sufrido estas personas a quienes se les han achacado supuestos delitos, lo ha imposibilitado.
El pasado 5 de enero comenzó el proceso en que los 12.515 delegados municipales, elegidos el 26 de noviembre, fueron consultados acerca de las propuestas de "precandidatos" a delegados provinciales y diputados, recogidas en listas elaboradas por las comisiones de candidaturas. Esta fase terminó el 14 de enero.
En estos casi tres meses, los candidatos a ambas asambleas se han reunido con miembros de las diferentes organizaciones sociales, para irlos “conociendo”.
Mañana, más de ocho millones de cubanos podrán votar o no por los 605 diputados que integrarán el nuevo parlamento, el cual será el encargado de elegir a los principales cargos del gobierno y al próximo presidente.
En unos comicios a los que solo acude un partido, el votar significa prácticamente la ratificación de los nombres propuestos. De hecho, los 605 aspirantes coinciden con el mismo número de escaños del órgano.
Para ser electo son necesarios más de la mitad de los votos válidos del municipio al que representará el diputado. Habrá que esperar entonces y ver si la participación supera a la de las elecciones municipales celebradas en noviembre, las de menor poder de convocatoria desde 1976.
Ya en días pasados, la organización opositora Directorio Democrático denunció prácticas fraudulentas por parte del gobierno cubano. En concreto, la suplantación de identidades de personas de diferentes partes del mundo en Twitter, a quienes presentan como cubanos que apoyan el proceso electoral, aprovechando el limitado acceso a Internet en la Isla.
En una nació que no vota por su presidente hace décadas, el diario Granma publica datos que, dice, son una muestra de la democracia en la Isla, como que las mujeres constituyen más de la mitad de los diputados a la Asamblea Nacional, que el 40.66 por ciento son negros y mestizos, y que más del 86 por ciento poseen nivel de enseñanza superior.
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