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Pocos meses después de dar a luz a su primer hijo, Thiago, la “Locomotora de Colón” tomó la bicicleta y volvió a los entrenamientos con la mira puesta en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia.
Desde los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, la laureada ciclista Lisandra Guerra no compite. El pequeño Thiago concentró todos sus esfuerzos, pero ahora la matancera anhela encontrar su mejor versión para brillar como en Veracruz-2014.
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“Sí, estoy montando de nuevo”, declaró la velocista en entrevista al semanario Trabajadores. “Me incorporé hace muy poco con un plan que diseñó mi entrenador Florencio Pérez. La idea es llegar en óptima forma y competir en la velocidad individual y por equipos”.
A sus 30 años de edad, la medallista mundial expresó que ya consiguió su “mejor regalo (Thiago)” y que solo irá a Barranquilla si se siente bien desde el punto de vista deportivo. “Ser madre me ha permitido ser más sensible, amorosa y precavida”.
“Soy la campeona vigente, con cuatro oros en Veracruz 2014 y dos récords, y mi prestigio tengo que cuidarlo”, aseguró una de las pocas mujeres que ha logrado romper la barrera de los 34 segundos (33.036) en los 500 metros –modalidad no olímpica desde 2008.
Guerra, dueña de cinco preseas en campeonatos mundiales y reina en citas continentales, es considerada la mejor ciclista cubana de la historia en pruebas de velocidad, y una de las mejores en sentido general, tal vez únicamente por detrás de la estelar Yoanka González.
Actualmente, las ruteras Arlenis Sierra y Marlies Mejías –también se desempeña en la pista- son las caras más visibles del ciclismo cubano y las principales opciones para obtener títulos en Barranquilla-2018, desde el próximo 19 de julio.
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