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Su nombre es Norma Bárbara Peña Sánchez, tiene 95 años y es conocida en el municipio holguinero de Báguanos como “La superabuela”. Vivió una dura etapa de depresión derivada de la partida prematura de algunos seres queridos pero un día supo que debía sobreponerse para seguir viviendo.
Un psicólogo se acercó a ella en una época en que acostumbrada a dormir en los cementerios cerca de los suyos. Comenzó a darle terapias y la ayudó a librarse de la soledad y de la depresión a través del canto. Gracias a él —y a otros muchos de sus vecinos— dejó de ser una persona triste y se convirtió en una “artista” de la comunidad, capaz de hacer feliz a los otros a través del canto.
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Anciana dicharachera, risueña y vivaracha, aunque a su edad ya no puede hacer algunas cosas que hacía antes, un reciente reporte de la prensa cubana relata que a los ochenta y tantos todavía era capaz de montar a caballo, subir por una escalera hasta el techo de su casa, deslizarse por el tubo de la antena del televisor, saltar la suiza y hacer ejercicios.
Apasionada de Carlos Gardel, se presentó con apenas 15 años en la famosa Corte Suprema del Arte.
"El mismo Gonzalo Roig me dijo que la competencia estaba ganada para mí; pero yo no tenía dinero para pagar aplausos, y los otros dos que luchaban por el premio eran de mejor posición económica. Apesadumbrado por eso, él me dio un papel recomendándome para el Conservatorio Nacional, donde me concedieron una beca; pero no pude estudiar porque ni ropa tenía y las clases eran en La Habana. Además, uno de mis hermanos enfermó y vine a atenderlo hasta que murió”.
Sin embargo, el tiempo la devolvería al arte comunitario. Afectuosa, cariñosa y amigable, aunque "La superabuela” ya no tiene la vitalidad de antes, es una leyenda viva que tiene bien ganado el apodo, eternamente querida entre sus vecinos, y con el secreto para vencer la tristeza.
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