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En la galería del Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, del Museo Nacional de Bellas Artes, se inaugurará, el próximo 23 de marzo, Marcelo Pogolotti, del pincel a la pluma, mientras que muy cerca estará la muestra Marcelo Pogolotti. Vanguardia, Ideología y Sociedad, en la Sala Transitoria del tercer nivel del Edificio de Arte Cubano.
Ambas muestras forman parte del homenaje al escritor y pintor Marcelo Pogolotti, nacido en 1902 y fallecido hace treinta años. En Marcelo Pogolotti, del pincel a la pluma, se reúnen audiovisuales referidos a su producción artística y ejemplares de su escritura concerniente a textos periodísticos, cartas, mecanuscritos de conferencias radiales y libros de arte, estética, literatura.
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Sobre las paredes, habrá opiniones concernientes a la escritura de Pogolotti, emitidas por él y notables intelectuales cubanos. Otros conocedores intervendrán en un conversatorio previsto para mayo como clausura de la muestra.
Paralelamente, Marcelo Pogolotti. Vanguardia, Ideología y Sociedad se propone exhibir 41 obras, de ellas 27 óleos, tres técnicas mixtas y 11 dibujos, todos exponentes destacados de una producción pictórica eminentemente vanguardista y raigalmente nacionalista.
En la pintura de Pogolotti se combina la iconografía folclórico-nacionalista con el surrealismo, el mecanicismo, el abstraccionismo, el futurismo y el surrealismo, en obras de profundo contenido social como puede percibirse en esta ambiciosa muestra, que cubre desde la pintura titulada Lavandera planchando de 1925 hasta Encuentro de dos épocas de 1938, año en que Pogolotti pierde la visión.
Miembro de la primera generación de pintores cubanos de la República, su obra Paisaje cubano, de 1933, constituye un significativo exponente de las condiciones sociales de la época al igual que El Alba, El Muelle y La Zafra. El pintor y escritor es padre de la prestigiosa ensayista e intelectual cubana Graziella Pogolotti
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