A Cuba y a Venezuela la próxima celebración de la VIII Cumbre de Américas y del Foro Social, que se celebrará paralelamente, no cesa de darles disgustos por las discrepancias creadas a partir de una diferente comprensión del concepto “sociedad civil”.
El término sociedad civil es un concepto que designa a un conjunto de ciudadanos que, de forma ordenada y consensuada, actúan para tomar decisiones en el ámbito público, pero en principio deber ser al margen de las “estructuras gubernamentales de un país”.
La sociedad civil se concibe de forma independiente y autónoma del Estado, aunque obviamente limitada por un orden legal. El sociólogo y filósofo alemán Jürgen Habermas consideraba la existencia de una sociedad civil, bien diferenciada de la sociedad política, como un pre-requisito para la democracia.
Partiendo de esa premisa, el más reciente disgusto del Gobierno cubano ha sido la exclusión ―por parte del comité organizador del Foro Social de Lima― de los CDR (Comités de Defensa de la Revolución) y de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) como organizaciones pertenecientes a la sociedad civil cubana.
Dos funcionarios de ambas organizaciones han sido entrevistados por Cubadebate para expresar su rechazo y su repulsa a una decisión que consideran injusta y arbitraria, pues consideran que ambas instituciones sí representan, sobradamente, a la sociedad civil cubana.
En el caso de los CDR, el funcionario entrevistado explica que los CDR representan a 8 millones de cubanos, y que en realidad, aunque no quieran, los CDR ya estarán representados el Foro en todos los cubanos que asistirán, que son cederistas.
Explica, además, que esta decisión no los "amilana", y que tampoco le dan demasiada importancia a la exclusión.
La funcionaria de la ANAP, por su parte, argumenta que hay más más de 380 mil asociados en Cuba a la organización que ella representa, y exige explicaciones a los organizadores sobre los motivos reales de la exclusión de la ANAP del Foro Social, que asocia al hecho de que Cuba es portadora de otro tipo de proyecto, "más justo", que iría a la Cumbre a mostrar las injusticias que viven los campesinos en el resto de América Latina.
Resulta evidente que la consideración tanto de los Comités de Defensa de la Revolución -que incluso llevan la marca ideológica en su propio nombre- como de la ANAP, muestras de la "sociedad civil" cubana constituye un acto muy optimista por parte de los dirigentes cubanos.
La agencia Efe ha destacado recientemente que las autoridades cubanas califican de "maniobras contrarrevolucionarias" todas las confrontaciones de los últimos días, e incluso el embajador cubano en Perú, Juan Antonio Fernández, resta credibilidad al evento, que considera comprometido por la "calidad de sus participantes".
Alude a la coalición 26 creada para el evento, a la que pertenece la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, dirigida por la opositora cubana, Rosa María Payá.
Tanto los DCR como la ANAP son organizaciones creadas por Fidel Castro para mantener la vigilancia. Ambos responden directamente al Gobierno, a la policía y a la Segurdad del Estado cubano, según el caso.
Los CDR han pasado a la historia como una de las mejores creaciones de Castro, en tanto con ellos logró armar una red de vigilancia no remunerada en todos los barrios del país. Sirvieron no solo para mantener el orden y velar por los bienes de los vecinos, sino para que la propia gente supiera que vivía bajo vigilancia constante.
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