La vida de Hope, el niño que fue abandonado por su familia por temor a que fuera un brujo, cambió para siempre el 30 de enero de 2016, cuando fue rescatado por la organización humanitaria DINNødhjælp.
Ahora, dos años después, su aspecto ha cambiado de forma radical y vive en un orfanato junto a otros pequeños que también vivieron su misma situación.
El aspecto famélico que mostraba en 2016, en una imagen que se hizo viral, en las calles de Nigeria ya es historia. En la actualidad se encuentra totalmente recuperado y ya ha empezado a ir a la escuela.
La trabajadora Anja Ringgren Loven, fundadora de African Children's Aid Education and Development Foundation, fue la persona clave que cambió el rumbo de su vida.
La práctica de calificar a un niño de brujo, por su parte, es habitual en el territorio africano. En 2010 'CNN' dio a conocer que los niños en Nigeria eran sometidos a exorcismos, incluso, eran asesinados por su propia familia.
Estas costumbres son promovidas por determinados líderes religiosos que cobran sus servicios a las familias.
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