El más famoso, premiado y popular de los novelistas cubanos contemporáneos, Leonardo Padura, acaba de sorprender el mercado literario del habla hispana con una nueva entrega protagonizada por el detective más reconocible del arte cubano: Mario Conde.
El nuevo relato se titula La transparencia del tiempo y regresa sobre la figura paradójica de Mario Conde, este policía ilustrado, que esta vez indaga sobre una virgen negra que ha sido robada en una ciudad como La Habana, donde todo se sume en un caos de corrupción y compra-venta, aunque sobreviven los ideales del detective y sus amigos.
En el umbral de los sesenta años, un condiscípulo gay de Mario Conde, apodado Bobby, le propone el caso de robo a que ha sido sometido por su amante jinetero. Bobby es un comerciante de obras de arte que ha despojado el patrimonio nacional y ha montado un negocio entre La Habana y la Florida.
Caracterizado por el propio Padura como “aficionado al alcohol, hombre amante de la literatura, con rasgos de ermitaño, y además nostálgico, inteligente, irónico, tierno, enamoradizo, sin asideros ni ambiciones materiales”, Mario Conde comenzó su triunfal andadura en la tetralogía Las cuatro estaciones y luego se acumularon media decena de entregas, incluida La transparencia del tiempo.
Publicada por Tusquets Editores, con más de cuatrocientas páginas, la nueva novela penetra en varias épocas del pasado reciente cubano y también en la religiosidad popular a través de la historia de esta virgen negra y milagrosa en tanto a su alrededor florecen la una mitología curativa, el panteón yoruba, los Pirineos catalanes y otros sincretismos.
Muy recientemente, Mario Conde adquirió rostro televisivo y cinematográfico, a través de Jorge Perugorría, mediante Vientos de La Habana, con la participación de TVE, y que se apoyaba en una adaptación del texto literario al cine está a cargo del propio autor junto con la periodista y guionista Lucia López Coll. Ambos intentaron preservar las características esenciales que distingue a los originales escritos y a la vez intentaron trasladar al guion el ritmo narrativo que caracteriza las novelas.
El ciclo literario inicial protagonizado por Mario Conde tiene que ver con la tetralogía titulada Las Cuatro Estaciones, integrada por las novelas Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras y Paisaje de otoño. El desencantado detective aparece también en Adiós Hemingway, La neblina del ayer, La cola de la serpiente, y Herejes.
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