Vídeos relacionados:
El 1 de septiembre del año 2015, un misterioso barcó arribó a la Punta del Holandés, en la península de Guanahacabibes, justo en el extremo más occidental de Cuba. Sin tripulación a bordo -y dado su estado ruinoso- alimentó la leyenda de ser un barco fantasma. Sin embargo, se trata del Union Express, construido en 1967, que perdió el ancla durante un temporal en la costa sur de EE.UU., mientras la tripulación se guarecía en tierra.
El barco pesa 174 toneladas, mide 36 metros de largo y era propiedad de San Vicente y las Granadinas. Tras hacer la reclamación, en el plazo de 30 días establecido internacionalmente la naviera sanvicentina nunca procedió a retirarlo. Ello trajo como consecuencia que el barco pasara a ser propiedad de Cuba, y que fuera también responsabilidad de la Isla la forma sacarlo de allí y decidir qué hacer con él.
Lo más leído hoy:
Una vez disipadas las dudas sobre su origen, a las autoridades cubanas pasó a preocuparle ―según indicaba un reporte de Granma en 2016― una probable catástrofe de índole medioambiental, ante el posible derrame de combustible en una zona que además es un área protegida, pues se encuentra ubicada dentro del Parque Nacional Guanahacabibes.
Un estudio de la situación reveló que era imposible remolcar el barco porque se encuentra demasiado atorado en el suelo rocoso, y desencallarlo supondría su hundimiento inmediato, lo que sería todavía peor desde el punto de vista medioambiental.
“La inspección realizada por buzos arrojó que el impacto contra las rocas provocó una abertura en el casco, lo que ha permitido la entrada de agua hasta cubrir áreas importantes, como la sala de máquinas y otros espacios bajo la línea de flotación”, indicaba el citado medio de prensa.
Julio Camacho Aguilera -director de la Oficina para el Desarrollo Integral de la Península de Guanahacabibes (ODIG)- explicaba entonces que la embarcación se encuentra muy próxima a la playa El Holandés, y que esa área está comprendida en los planes para el fomento del turismo en esa zona del país.
Aunque Guardafronteras y Seguridad Marítima hicieron una evacuación de la mayoría de los medios que traía el barco, incluyendo bidones de aceite para el motor y las baterías, todavía quedan en la embarcación sustancias que pudieran ser peligrosas. Sin embargo, dos años y medio después, el Union Express sigue resistiendo a lluvias, vientos y fuertes temporales. No es un barco fantasma, pero ciertamente su futuro sigue siendo un enigma.
Archivado en: