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Ana Julia Quezada confesó a sus amigos el motivo que tenía para acabar con la vida del pequeño Gabriel Cruz, según reportó 'OK Diario'.
Los planes de futuro para la asesina del niño de ocho años pasaban por regresar a su natal República Dominicana junto a Ángel, el padre del menor. Sin embargo la presencia del menor era un obstáculo, ya que su progenitor no hubiera aceptado estar lejos de su hijo.
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Esta mujer confesó el crimen el pasado 13 de marzo durante una declaración ante la Guardia Civil española y en presencia de sus abogados. Las autoridades policiales sospecharon de ella desde el comienzo de la investigación.
La homicida relató que la tarde del crimen salió de la casa después de Gabriel, se lo encontró y le dijo que la acompañara a la finca familiar. Una vez allí discutieron y acabó por darle un golpe con la parte roma de un hacha.
Como consecuencia del golpe, el niño perdió el conocimiento. Posteriormente lo mató asfixiándolo, y no estrangulándolo como reveló el informe forense.
Después de acabar con la vida del pequeño, arrojó su ropa en un contenedor y enterró el cuerpo del niño en una fosa que cavó esa misma tarde junto a un aljibe.
Gabriel Cruz desapareció el pasado 27 de febrero mientras realizaba un trayecto, de apenas cien metros, entre la casa de sus abuelos y la de unos familiares, en la localidad de Níjar (Almería, España).
Tras 12 días de intensa búsqueda, el cuerpo del pequeño apareció en el maletero del vehículo de Ana Julia Quezada, dominicana de 43 años que mantenía una relación sentimental con el padre del niño.
A un mes de haber desaparecido el pequeño su madre, Patricia, envío una emotiva carta a los medios españoles que ha vuelto a poner en evidencia su puro e incorruptible amor de madre, su entereza y el orgullo con que habla de su niño.
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