El bayamés que se comió 40 objetos extraños

Se llama Liosbani Pino López, tiene 32 años, discapacidad intelectaul e ingirió los objetos dentro de bolas de fango.

Leosbani Pino López, el bayamés que ingirió 40 objetos extraños. © Juventud Rebelde.
Leosbani Pino López, el bayamés que ingirió 40 objetos extraños. Foto © Juventud Rebelde.

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Este artículo es de hace 6 años

Leosbani Pino López es bayamés, tiene 32 años y una discapacidad intelectual severa. Él es el hombre operado con éxito en el hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo tras ingerir 40 objetos extraños, 32 de ellos metálicos. En su conjunto pesaban 1,3 libras, según recoge Juventud Rebelde.

En el tubo digestivo de Leosbani Pino los médicos cubanos dirigidos por la cirujana María Julia Ojeda encontraron un cortaúñas, una tijerilla casi completa, hebillas, trozos de acero, de pestillos, alambres, vidrio, siete piedras de pequeñas dimensiones y objetos de metal de hasta 11,5 centímetros. Nunca habían visto algo igual.


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Objetos extraídos del tubo digestivo de Leosbani Pino, en Bayamo. Foto: Juventud Rebelde.

La operación, cuenta la doctora Ojeda, duró dos horas y diez minutos. Fue una intervención difícil porque Leosbani Pino tenía 10 objetos en el estómago y el resto (los otros 30) estaban en el duodeno. Las radiografías indicaban que había objetos extraños en el cuerpo del paciente, pero nunca esperaron encontrar tantos.

Leosbani Pino, que vive en una casa humilde en el reparto La Unión, de Bayamo, debe su vida a la doctora Ojeda. Él, pese a su discapacidad, sabe que esa doctora de 66 años es "su segunda mamá", la que lo salvó.

Su tía, Ivia López Tamayo, se hace más o menos una idea de dónde se tragó su sobrino los objetos. Fue probablemente hace cuatro meses, porque empezó a sentirse mal en junio de 2017 y en noviembre salió de cuidados intensivos.

A partir de entonces, empezó a sufrir vómitos y se puso flaco. Sin embargo, tras la operación, le volvió el apetito y en el baño expulsó un trozo de pestillo que le quedaba dentro.

Leosbani no sólo tuvo suerte de que la operación fuea un éxito. También de que ninguno de los objetos, algunos con punta, haya perforado su esófago, un órgano muy delicado que puede verse afectado incluso con una espina de pescado.

No es la primera vez que Leosbani se ve al borde de la muerte. En 2006 estuvo grave por una sobredosis de un medicamento contra las convulsiones.

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