Que Kendrys Morales se convertirá este año en el quinto cubano con 200 jonrones o más en el Big Show, es algo que solamente podrían impedirlo las lesiones. Total, le restan únicamente diez, una cifra que está tan a su alcance como la visera de su casco de batear.
El dato significativo, entonces, es que el ex industrialista podría inclusive pasar al cuarto puesto histórico de jonroneros cubanos en las Grandes Ligas, aunque para ello tendría que despachar 31 pelotas, algo que apenas ha logrado en su terrífica campaña del año 2009, cuando vestía la camiseta de los Angelinos e impuso sus topes personales de 34 bambinazos y 108 carreras impulsadas.
El oriundo de Fomento, quien actualmente se desempeña como designado de Toronto, ha vencido los 20 cuadrangulares en cinco de sus últimas seis temporadas, pero solo en 2016 pudo sobrepasar la exigente barrera de los 30. No obstante, a sus 34 años todavía luce apto para cerrar uno o dos buenos cursos más.
El hecho es que, de rebasar las tres decenas, Morales tendría el privilegio de dejar atrás al gigantesco Tony Oliva, uno de los más grandes peloteros en la biografía de los Mellizos de Minnesota. Y ese cuarto lugar en la lista de sluggers insulares significaría una tarjeta de presentación inmarcesible, sí o sí.
¿Algún otro cubano va camino de llegar a 200 vuelacercas? Pues mire usted: Yoenis Céspedes está a 45 y debiera acceder a la referida cantidad en la próxima campaña, mientras José Dariel Abreu suma 125 y aún necesitará tres años sólidos para arribar al dígito cerrado.
Una cosa está clara: demoraremos mucho (demasiado) para ver a un compatriota nuestro abrirse espacio entre los tres primeros jonroneros en los libros de records, toda vez que Rafael Palmeiro disparó 569 palos de vuelta entera, José Canseco lo imitó 462 veces, y el inmortal Tany Pérez sacó 379 Rawlings de los límites.
Con su declive inevitable, el Padre Tiempo no les va a permitir semejantes hazañas a Céspedes y Abreu, y será cosa de aguardar por una conjunción propicia de factores: esto es, un jugador de gran poder, excelente salud y que desembarque joven –digamos, con 22 años o algo menos- en el mejor béisbol del mundo.
Yoan Moncada parece un apreciable candidato.
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