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Después de la suspensión de la conferencia de prensa del evento, el 22 de marzo, debido a divergencias verticales entre la dirección del ICAIC y el Comité Organizador del evento en torno al filme Quiero hacer una película, de Yimit Ramírez, los medios cubanos prefirieron hablar, muchísimo, y en términos muy duros, sobre una obra que casi nadie ha visto. Nada, o muy poco se dice sobre el festival y concurso que comenzará en breve.
Este evento que convoca a todos los aficionados al cine, que son muchísimos, y sobre todo a los jóvenes, en tanto se trata de un evento que ocurre, desde hace 17 años, “para difundir la obra audiovisual de los jóvenes, y estimular el conocimiento y la reflexión alrededor de la misma, así como potenciar el diálogo entre las diversas generaciones de realizadores”.
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Con un concurso principal integrado por 29 obras, 14 ficciones, 12 documentales y tres animaciones, la Muestra Joven del ICAIC, tendrá su apertura fílmica el 3 de abril, a las dos de la tarde con la proyección del largometraje de ficción Los lobos del este, mientras que en horas de la noche, ocurrirá la inauguración oficial.
La inauguración oficial consta, como siempre, de un programa que incluye un documental, un animado y una ficción. Para sacar la cara por la animación juvenil e independiente está Jarol Cuéllar y su deconstrucción del macho Alfa en Descompuesto, que cuenta en seis minutos una carrera de autos entre White y Black, que significa precisamente la competencia entre los machos bravos e intolerantes y los homosexuales.
El corto de ficción elegido para la jornada inaugural se titula Rocaman (Marcos Díaz), sobre una gloria deportiva que deviene criminal para conseguir la admiración de su hijo. Y en cuento al documental, está Apuntes en la orilla (Luis Alejandro Yero) la historia de dos hermanos alcoholizados, que dominan con facilidad “el arte de perder”, en un pueblo de provincia.
Sobre Los lobos del este, el soberbio y angustiado filme realizado en Japón por Carlos M. Quintela, puede decirse que cuenta una historia de universal ascendencia, aunque se localice en un pequeño y remoto pueblo nipón: los lobos están extintos en las montañas de Higashi-Yoshino, pero Akira, un viejo cazador, cree lo contrario. Sumergido en sus abismos, el anciano, que ha sido depuesto del cargo de presidente de la asociación de cazadores, decide ir al bosque para enfrentarse solo con ese lobo, que pudiera ser un fantasma del pasado.
Quintela, realizador de las muy notables y controvertidas La piscina y La obra del siglo, atiene sus albedríos estéticos y narrativos a un ecumenismo asombroso por su demarcada espiritualidad, tan preeminente en Japón como en Cuba, o dondequiera que existan seres humanos lacerados por la vejez, los recuerdos, o se sientan invadidos por cierta sensación de inutilidad y desconcierto existencial.
Entre los homenajes de la Muestra Joven se cuenta "Mesa de dibujo para incrédulos cowboys", dedicada a la animación cubana de los años sesenta, y "Sin aspavientos", que se consagra a recordar la obra del Taller de Cine y Video de la Asociación Hermanos Saíz (1987-1993).
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