Una Serie bastante poco seria

Parece sacado de la literatura del absurdo, pero alguien consideró que eran precisos varios meses para preparar al equipo que irá a los Juegos Centroamericanos.

La Serie Especial es un desastre. © Granma.
La Serie Especial es un desastre. Foto © Granma.

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Este artículo es de hace 6 años

Súbitamente, alguien tuvo la idea de hacer una Serie Especial, que funcionara como entrenamiento muy especial para un torneo tan poco especial como los Juegos Centroamericanos. Habría que jugar durante varios meses trasladándose por todo el territorio nacional, a la manera de los circos ambulantes.

Nadie sabe. Tal vez se haya filtrado alguna información sobre la posibilidad de que la MLB esté interesada en enviar a sus bigleaguers al torneo beisbolero del área. Y lo digo porque solamente así se justifica la necesidad de prepararse así para un evento tan escaso de nivel. Es como si el equipo canadiense de hockey sobre hielo se concentrara ocho semanas para enfrentar a una selección de high school de Cincinnati, Ohio.


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Pero bueno, la historia es que el torneo se está haciendo, y que en las gradas hay menos aficionados que trabajadores del estadio. Cosa que era de esperar, aunque no sea lo importante. Lo importante es que los equipos se prepararan para un torneo tan fuerte como los Centroamericanos, y que los jugadores se desgastaran todo lo posible (¿sí o no?) hasta dejar la archifamosa piel en el terreno.

Y la han dejado. Entre el agotamiento y la desmotivación, los peloteros de la Serie Especial han ido acumulando números que, a priori, parecieran pertenecer a la Tercera División de la liga de béisbol de Groenlandia. ¿Que exagero? ¿Verdad? Mírelo usted...

Después de las primeras nueve fechas se han anotado 14.2 carreras y pegado 21.1 imparables por encuentro. Es decir, lo que se viene celebrando es una fiesta ‘a palo limpio’.

En esa misma cantidad de juegos se promedian 4.7 errores en cada uno, y ha habido un solo choque sin ninguna pifia. Encima, en solo tres se han cometido menos de cuatro marfiladas. Agárrese: Centrales fildea para .938, y Orientales es el terror del guante con .915.

El remate del concierto de despropósitos lo aportan los pitchers: a dos de los tres cuerpos de pitcheo les batean por encima de .300, y se otorga la asombrosa media de 11.2 boletos por partido. Un dato llamativo: los managers deciden conceder dos bases intencionales por encuentro.

Sí. Definitivamente, la Serie Especial tiene bien puesto el nombre.

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Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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