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Escrita por el cubano Cirilo Villaverde y publicada por primera vez en 1839, la novela vería la luz completa en Nueva York en 1879. La hermosa mulata protagonista es sujeto de los amores del Leonardo, heredero de una familia de esclavistas y del mulato José Dolores Pimienta, quien ama a Cecilia sin ser correspondido.
A partir de la novela, se crearon las zarzuelas Cecilia Valdés y María la O, la primera compuesta por Gonzalo Roig, y la segunda por Ernesto Lecuona. Creadores como Daína Chaviano, Humberto Solás, Reinaldo Arenas y Abelardo Estorino, entre muchos otros, se inspiraron en la obra de Villaverde, quien se concentra sobremanera en subrayar los atributos físicos de la muchacha.
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El deslumbramiento con la mulata monumental se evidencia en párrafos como aquel en que se asegura que Cecilia se parece a las vírgenes de los más célebres pintores, su frente la adornan “cabellos negros y copiosos, naturalmente ondeados”, sus ojos negrísimos eran todo “movilidad y fuego”, “mejillas llenas y redondas, y un hoyuelo en medio de la barbilla”.
Más adelante, se puede leer en la novela de Villaverde, siempre abundante en descripciones, sobre todo cuando se trata de Cecilia: “Se advertía en el color del rostro” que había “demasiado ocre en su composición”, “su sangre no era pura bien podía asegurarse que allá en la tercera y cuarta generación estaba mezclada con la raza etíope”.
Luego, la llama “Venus de la raza híbrida etiópico-caucásica”, “Virgencita de bronce” y la coloca en plazas y calles, iglesias y ferias, fiestas y bailes, muchas veces rodeada de música, de la danza cubana. Los numerosos apuntes sobre el mestizaje de la muchacha están cargados de involuntario racismo, pues se trata de la mentalidad de la época sobre razas superiores e inferiores.
Movida siempre por la pasión y la sensualidad, Cecilia es víctima del incesto-mestizaje y tiene un destino trágico al final de la novela, por más que la abuela le diga, al principio, que ella será algún día rica y andará en carruaje, porque es casi blanca y puede aspirar a casarse con un blanco. En Cuba, en La Habana, quién no conoce a una de las mulatas bellísimas, que se casaron con un blanco "para mejorar la raza", y que hoy son ricas y andan en carruaje, es decir, que cumplieron el sueño de Cecilia.
A pesar de las tremendas polémicas que la novela ha generado, el importante escritor y ensayista Enrique José Varona, opinaba en términos muy encomiásticos: “Cecilia Valdés es la historia social de Cuba”. Líneas antes había escrito que era “evocación maravillosa (...), exteriorización palpitante de la vida íntima de un grupo humano”.
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