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14 cosas que no sabías del, para muchos, nuevo presidente de Cuba

Ante el descreimiento de los cubanos por su futuro inmediato y el desconocimiento respecto al nuevo presidente, nos movimos por algunos de los lugares donde conocen un poco más del personaje. Intentamos conformar un perfil más humano de quien hasta hoy se nos presenta con letras rojinegras como “el compañero Díaz Canel”.

Miguel Díaz Canel © ACN/ Abel Padrón Padilla
Miguel Díaz Canel Foto © ACN/ Abel Padrón Padilla

Este artículo es de hace 5 años

Dos días antes de cumplir 58 años un hombre desconocido para muchos y admirado por pocos asume las riendas del estado y el gobierno cubanos. Sin otro enemigo más eficaz que la vejez, el segundo presidente de apellido Castro termina —al menos formalmente— la dinastía comunista que ha gobernado la isla durante las últimos seis décadas. Entonces, sin mucho de donde sacar, un profesor es designado estadista.

Escalador, vanidoso, refinado en los goces del arte, apuesto pero torvo. Afable a ratos y luego descortés hasta la neurastenia. Ni tan brillante como para ser líder, ni tan necio como para salirse del camino que conduce a la cumbre. Así definen algunos a Miguel Díaz Canel-Bermúdez, el nuevo rostro del poder en Cuba.

Pero ¿quién es este hombre al que Raúl le entrega el país? Hasta hoy, para la inmensa mayoría de los cubanos se trata de otro nombre más dentro de la nomenclatura oficial que de vez en vez hace recorridos anodinos por centros productores, y consiguientemente abre noticieros o encabeza los titulares de la prensa oficialista. Nada más.

El único cubano nacido luego de 1959 que llegara al puesto de primer vicepresidente, y ahora al de presidente, si por algo destaca es por su total opacidad. Nada raro si tomamos en consideración que toda vocación de liderazgo fue mal vista y hasta mutilada en todos estos años, entendiéndose como una aptitud solo digna del estándar faraónico de Fidel.

Peor que la gestión económica del gobierno de los Castro ha sido su política de formación de cuadros y dirigentes reales. “No cuestionar al jefe” fue la asignatura básica en todos los niveles de enseñanza de un país con altísimos índices de escolaridad. Díaz-Canel se ha graduado con título de oro en las filas de ese escolasticismo político. Le ha bastado una biografía mínima, pero ahora le corresponde gobernar sin un gramo del carisma de Fidel, ni la potestad heredada por el hermano de este.

Ante la imposibilidad de elegir directamente a su presidente y demás dirigentes políticos o gubernamentales, los cubanos ¿acatarán ciegamente los dictados de un presidente designado desde arriba? ¿Serán incuestionados los teoremas políticos de alguien que no estuvo en la Sierra Maestra, o que no posee un palabreo hipnotizante, ni es capaz de personarse a pocas horas del paso de un ciclón? Ya se verá.

Ante el descreimiento de los cubanos por su futuro inmediato y el desconocimiento respecto al nuevo presidente, nos movimos por algunos de los lugares donde conocen un poco más del personaje. Intentamos conformar un perfil más humano de quien hasta hoy se nos presenta con letras rojinegras como “el compañero Díaz Canel”.

  1. Natural de la ciudad de Placetas en Villa Clara, será otro de los tantos villareños en ocupar la presidencia del país, teniendo como precedentes republicanos a José Miguel Gómez, Gerardo Machado, Carlos Mendieta y Federico Laredo Brú.
  2. Es graduado la Universidad Central Marta Abreu de las Villas como Ingeniero electrónico, y tras iniciar su desempeño profesional dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) pasó a ser profesor de la mencionada Universidad en la cual asumió responsabilidades como dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas.
  3. Durante su etapa como dirigente juvenil acostumbraba a moverse en bicicleta, y usar ropa deportiva, lo cual ganó simpatías entre quienes vieron en esos comportamientos un signo de humildad. Luego, y ya en los carros que corresponden a los niveles más altos de dirección en Cuba, gustaba de conducir, y a veces hasta daba botella (aventones). Algunos de los favorecidos recuerdan que en su vehículo era común escuchar música clásica.
  4. En algunos lugares se le conoce como “el rubio”, fundamentalmente en Villa Clara y Holguín, provincias donde ocupó el cargo de primer secretario del Partido Comunista.
  5. Muchos aseguran que se ganó la presidencia de Cuba el 20 de septiembre de 1997, cuando de improviso y en un par de horas, le colmó la plaza villaclareña a Fidel para que protagonizara allí un discurso. Su estampa juvenil y una retórica rayana al bolchevismo donde no faltaron elogios desmedidos para con el gobernante, fueron las hazañas que presumiblemente le valdrían su condición de “joven promesa”. Tras la simpatía que consiguió en el comandante aquel “joven fruto de la Revolución”, Villa Clara ganaría consecutivamente varias sedes nacionales para los actos por el 26 de julio (medidor inequívoco de una excelente gestión político-ideológica en el territorio). Luego vendría su puesto como miembro del Buró Político del Partido, y sus posteriores designaciones como primer secretario en la provincia de Holguín, seguido de la responsabilidad como Ministro de Educación Superior. A esas alturas, y con las deposiciones de otros cuadros mejor posicionados que él —como Roberto Robaina, Carlos Lage o Felipe Pérez Roque— encontró la mesa servida.
  6. Se caracterizó por cierta apertura artístico-cultural en los territorios donde fungió como primer secretario del partido. En Villa Clara destacó durante su gestión por el reconocimiento y apoyo a proyectos como "El Mejunje" considerado el primer centro en contar con espectáculos de transformistas y travestis dentro de Cuba.
  7. Es conocida su ojeriza por Lázaro Expósito Canto pues, presumiblemente, el actualmente primer secretario del partido en la provincia Santiago de Cuba, siendo su antiguo subordinado demostraba mayor operatividad, tenía más carisma y en consecuencia le robaba simpatías entre el pueblo.
  8. En Holguín, como antes en Villa Clara, por temporadas hacía inspecciones sorpresivas a centros productivos. Se aparecía de noche a una panadería, un hospital o farmacia para “coger fuera de base” a los trabajadores. Eso sí, dichos rastreos, siempre iban acompañados de la prensa, así se convertían aquellos lances en shows publicitarios.
  9. No solo cambió de provincia sino también de esposa una vez que llegó a Holguín. Su actual pareja ha generado desafortunados comentarios en reiteradas ocasiones a partir de una proyección pública dominante, y la tendencia a opacarlo frente a las cámaras.
  10. La que será primera dama de Cuba, tiene algunos tatuajes, como ha podido notarse en varias apariciones públicas. Siendo así la primera mujer en ese puesto —que se sepa— con tan peculiar adorno. Recordemos que durante algunos años la élite gubernamental de la isla cuestionó este tipo de comportamientos tachándolos de marginales, y hasta segregó a quienes usaran un jean. Sin lugar a dudas parece ser un paso de avance.
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  1. Durante sus tres años al frente del Ministerio de Educación Superior adoptó una serie de reformas dentro del sector que conducirían a agudizar la actual crisis de las universidades cubanas. Se recortaron las partidas de presupuesto, aumentó la deserción de profesores y también se redujeron las horas clase tras la adopción de nuevos planes de estudio.
  2. En la sede de dicho ministerio algunos catalogan de “venático” su comportamiento. Aseguran que en ocasiones solía ser asequible y al rato maltrataba a sus subordinados, como si tratara de dos personas distintas.
  3. Díaz-Canel tiene un hijo cantante. El joven ha sido entrevistado recientemente en distintos espacios televisivos para referirse a su proyecto musical D´Cuba, y ha contado en sus videoclips con la entusiasta colaboración de encumbrados actores de la isla.
  4. En un video filtrado meses atrás y compartido en internet, asustan sus reflexiones en torno a temas como el cuentapropismo, pues sitúa a esos trabajadores al mismo nivel de corruptos y ladrones. Igualmente, en dicho material se queja de cierto libertinaje creativo en las telenovelas cubanas donde los guionistas muestran una sociedad con vicios y complejidades que a su modo de ver no se corresponde con la realidad que se vive hoy en el país.

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