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La designación de Miguel Mario Díaz-Canel como relevo de Raúl Castro era un secreto a voces. Para unos es más de lo mismo. Para otros, una oportunidad para encabezar la transición en Cuba. ¿Es en realidad un barniz aperturista o un buen maquillaje?
El nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba ha dejado claro en su discurso ante la Asamblea Nacional del Poder Popular después de su elección con 604 de 605 votos posibles que "cambiará todo lo que deba ser cambiado", pero las decisiones más trascendentales para el presente y el futuro de Cuba las consultará con Raúl Castro.
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Lo hará porque quiere y porque debe. El cambio introducido en 2002 en la Constitución cubana, que sitúa al Partido Comunista de Cuba (PCC) por encima de los órganos de Gobierno, lo obligan a ello ya que Raúl Castro estará al frente del PCC al menos hasta el año 2021.
Para la eurodiputada española Beatriz Becerra, vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo, el nombramiento de Díaz-Canel como presidente de Cuba es "un simple barniz aperturista" porque en Cuba se están registrando ahora "más detenciones arbitrarias que nunca. La Asociación Damas de Blanco sigue siendo acosada, la oposición es reprimida".
En su opinión, "no hay motivos para ser optimistas con una sucesión que él mismo dirige hacia un gobierno que será carne de la carne del régimen. Pido a la Alta Representante Federica Mogherini que la UE use su influencia para forzar las reformas que el régimen no hará por sí mismo", escribió en su muro de Facebook.
Por su parte, un experto de la Asesoría de Inteligencia y Consultoría en Seguridad (AICS) ha señalado a CiberCuba que ellos consideran que el nombramiento de Díaz-Canel "es una operación de maquillaje buena" que no conducirá a cambios importantes en la Isla. "Habrá pocos cambios en Cuba y mientras siga Trump, menos".
Desde esta empresa española especializada en análisis de información dan por sentado que el presidente de los Estados Unidos está intentando influenciar a la región y creen que está, por ejemplo, detrás de la salida de los familiares de los diplomáticos canadienses de Cuba tras sufrir unos supuestos ataques acústicos como los que provocaron problemas de salud en funcionarios estadounidenses, que también recibieron la orden de abandonar la Isla.
En opinión de este experto de AICS, "Díaz-Canel tiene poco que hacer con Raúl Castro vivo". Él no es militar, no se apellida Castro, así que sus cambios serán "mínimos". No habrá un giro "real y efectivo", concluyó.
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