El pasado año 2017 en Cuba fue marcado por una notable y generalizada escasez de medicamentos en la red de farmacias públicas de toda la Isla, una situación que parece agudizarse en el presente lustro, pese a las promesas por parte del Gobierno de ser revertida paulatinamente.
Así lo muestra un reportaje del periódico Juventud Rebelde publicado esta semana, que deja en evidencia la desesperación de los pacientes, en su mayoría personas de la tercera edad, obligados a hacer largas colas desde tempranas horas de la mañana al aproximarse la fecha en la que son abastecidas las farmacias.
“Situaciones semejantes suceden en las 138 farmacias de la provincia de Sancti Spíritus el día que distribuyen los medicamentos. Tras la falta o baja cobertura de fármacos en la red de esos centros, ha sido imposible erradicarlas, así como la aparición de algunas indisciplinas sociales”, recoge la nota.
Consciente de que este panorama excede los límites geográficos de la provincia, Marta Castro García, directora de la Empresa de farmacias y ópticas en ese territorio, explica que la llegada de los medicamentos a las farmacias se convierte en un “proceso engorroso”.
“Los pacientes se quejan y quieren que se les venda mientras se procesan (los fármacos recién llegados), pero ya eso nos demostró que provoca desorganización”, relató.
Según la funcionaria existe un plan por municipio de días fijos para el reparto, pero “no tiene hora fija, porque eso ya es responsabilidad del proveedor: la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (Encomed). Cuando está se recepciona todo y luego es que sale al mostrador”.
En ese momento, indica el reporte, también se exige que esté presente una persona de la comunidad para que sirva de testigo, así como que todo el personal participe en la venta de los productos.
“Se ha dicho insistentemente que, sin miedos, hay que informar la cantidad que llega de cada producto. Es un derecho del paciente”, agregó la especialista.
Pero la transparencia también es causante de otro momento tenso en la recepción y venta de medicamentos.
“¿Cómo logras que más de 7 560 pacientes entiendan que cuando los medicamentos llegan, semanalmente, solo son tres talcos micocilén; 20 frascos de vitamina C e igual número de tubos de mentolán? O incluso que la dipirona sigue en falta”, refiere Maday Carballé Becerril, administradora de la Unidad 665 de la ciudad de Sancti Spíritus.
“Diariamente debemos escuchar ofensas. Lidiar así con el público no es tarea fácil”, acotó.
El diario apunta que, aunque en diversos medios de prensa se anunció que la escasez de medicamentos en el país mejoraría paulatinamente, aún esa situación persiste.
“Al cierre de este trabajo existía en el territorio una lista de faltantes de poco más de 40, cifra que evidencia una leve mejoría ya que predominó, con anterioridad, una que rozaba los cien”, destacó el texto.
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