Vídeos relacionados:
Las dificultades para comunicarse con sus familias debido al limitado Internet de Cuba, la falta de recursos en los hospitales, la escasez de alimentos, el transporte y el risible salario que reciben los profesionales de la salud son algunos de los aspectos que más impactan a los jóvenes extranjeros que estudian medicina en la Isla.
Tal es el caso del mexicano Roberto Martínez Muñoz, de 31 años y original de Tamaulipas, que se encuentra en el penúltimo año de su residencia en la especialidad de ginecología obstetricia, en el Hospital Ramón González Coro de La Habana.
Lo más leído hoy:
Egresado de medicina de la Universidad Valle de México, Roberto comparte las prácticas de su especialidad con cerca de ocho compañeros residentes de África, Colombia, Ecuador y Bolivia. Asimismo, a las clases de medicina general asisten decenas de colegas estudiantes provenientes de Alemania, España, China, Japón, Canadá, Venezuela, Argentina y Chile.
Todos ellos están bajo una modalidad denominada como autofinanciada, donde pagan al Gobierno cierta cantidad de dinero al año y tienen derecho a estar en el hospital y a practicar, explicó al portal mexicano El Diario de Victoria, de Tamaulipas.
En declaraciones al referido medio, Martínez Muñoz reconoció que en la Isla no hay hospitales “al cien por ciento” en cuanto a su infraestructura y equipamiento, y que es palpable la falta de profesionales preparados debido a muchos abandonan el país.
“Se van porque quieren buscar mejores oportunidades de vida, ya sea ir a Estados Unidos por la ley que los apoyaba o a México porque pagan más”, afirmó.
El joven compara que, en México, un doctor especializado “puede ganar muy bien en consulta privada, pero en Cuba no, porque les paga el Gobierno y no pueden ganar el extra, no hay consulta privada”.
“Los doctores ganan porque los pacientes les regalan fruta, refrescos, jamón y su sueldo ya es libre”, explicó.
Por su parte, los médicos que fungen como docentes y conferencistas “lo hacen sin recibir nada, a ellos no les pagan, aunque los residentes hayan pagado al Gobierno, ellos no reciben nada económico por explicar y enseñar”.
“La gente se queja mucho de su Gobierno, lo que sí les gusta es que tienen el servicio de salud gratuito, desde cualquier enfermedad hasta un trasplante de corazón y hacen todo para que se salve el paciente”, acotó.
Roberto admite que la vida en Cuba “es complicada”. Para utilizar el Internet debe sentarse en la calle, en un parquecito y pagar un dólar por hora. Dificultades similares sufre cuando necesita comprar alimentos.
Aunque lleva pocos años en la Isla, ha sido testigo de la agitada dinámica de los cubanos para conseguir comida. “Las personas deben ir de tienda en tienda para buscar jamón, leche, pan o cualquier alimento y, además, hacer cola de una hora para comprar huevo, o media hora para entrar al mercado, porque solamente pasan de pocos, porque no hay cámaras en los establecimientos”, relató.
“Uno está acostumbrado a tenerlo todo a la mano, en México vas al Oxxo o al mercado y encuentras lo que necesitas, aquí no”, dijo el joven médico, a quien todavía le falta cerca de un año para volver a su tierra natal.
Archivado en: