La construcción del hotel de lujo “Paseo del Prado” ―cuyas obras comenzaron en febrero de 2017 con entrega prevista para 2019― va a buen ritmo, lo que hace prever que no sufra retrasos en su entrega. Algo que sí sucedió con su vecino, el hotel Manzana Kempinski, y también con el hotel Packard. En el caso de este último, su inauguración ha sido pospuesta para agosto de 2018, tras no haber sido posible su apertura en 2017.
Operarios paquistaníes e indios, contratados por las constructoras Bouygues y Unión de Construcciones Militares (UCM), se están encargando de las labores de acabado tanto del Packard como del hotel de Prado y Malecón.
En el pasado mes de diciembre fue noticia el restablecimiento de un doble turno de trabajo (7:00 am-1:00 am), lo que ha supuesto avances significativos en ambas edificaciones.
En el caso del hotel de "Prado y Malecón", que será de categoría cinco estrellas plus, contará con 250 habitaciones y su fachada simulará una refinada embarcación de 36 metros de altura, que regalará privilegiadas vistas del Morro y de la fortaleza de San Salvador de la Punta.
La entrada será por la esquina de San Lázaro y Prado y dispondrá de diez niveles escalonados en 17, 24 y 36 metros, con una fachada de grandes ventanales de cristal.
Un dato interesante es que dispondrá de una compuerta hermética que evitará la entrada de agua en caso de intensas lluvias o de penetraciones del mar. Además, el edificio se está construyendo con materiales resistentes al medio salino y vientos fuertes, con el fin de garantizar, al máximo posible, su perdurabilidad.
En la planta baja habrá un corredor con galerías, un cigar bar y una tienda, por donde podrán transitar quienes frecuenten la zona. La piscina, por su parte, se hallará al costado derecho del edificio, justo frente al malecón.
Igualmente el hotel dispondrá de un parqueo semi-soterrado con capacidad para 59 vehículos ligeros y 10 motocicletas.
En 2019, La Habana cumple 500 años de fundada, y por ese motivo en la capital cubana se lleva a cabo un amplio programa inversionista con el fin de ampliar la capacidad hotelera, que es, sobre todo, prioridad económica del Gobierno cubano.
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