La lluvia empieza a caer sobre Jeter

Se veía venir. Más tarde o más temprano, las movidas radicales del ajedrez que ha jugado Derek Jeter desde que se sentó en la butaca directiva de los Marlins, le traerían un aguacero de censuras. Y el torrente ha empezado.

Los Marlins van de capa caída por la temporada con apenas cinco triunfos y diecisiete fracasos, cómodamente hundidos en el sótano de la División Este de la Liga Nacional. El año pasado albergaron esperanzas de clasificación hasta bien avanzado el campeonato, pero las salidas de prácticamente todos sus principales elementos (Giancarlo Stanton, Christian Yelich, Marcell Ozuna y Dee Gordon) está desembocando en una crisis de resultados que podría alcanzar niveles de escándalo.

Hace poco, en una entrevista para “Real Sports with Bryant Gumbel”, que transmite la HBO, el legendario torpedero de los Yanquis recibió una andanada de cuestionamientos que inevitablemente lo pusieron contra la pared.

El conductor interrogó al mítico ‘2’ sobre una probable “mentalidad estancada” en el equipo, y Jeter se limitó a decir: “¿Estancada? ¿Qué es estancada?” Entonces recibió una respuesta contundente: “No hacer todo lo posible para ganar los juegos de todos los días”.

Ante tal derechazo, el futuro Hall de la Fama alegó que los Marlins sí tratan de ganar diariamente, y espetó que “nunca le dices a tu equipo que se espera que pierdan. Nunca”.

Lo cierto es que la franquicia miamense está condenada, por obra y decisión de sus nuevos propietarios, a ocupar la última posición de su grupo en el viejo circuito, y casi seguramente su cosecha de final de campaña no excederá las sesenta victorias.

“Espero que este equipo compita”, le aclaró Jeter a Gumbel, y éste le dejó entrever que estaba delirando. “Bueno, llámame alucinado”, fue la conclusión del hombre que, después de ganarse todos los elogios existentes en el campo de juego, ahora parece condenado a mojarse todo el año con las ácidas lluvias de las críticas.