Carreras ilegales de motos en Holguín: 10.000 pesos en 20 segundos

Una psicóloga retrata a los corredores: jóvenes rebeldes e insatisfechos que quieren llamar la atención.

Un motorista, en una calle de Holguín. © Ahora.
Un motorista, en una calle de Holguín. Foto © Ahora.

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Este artículo es de hace 6 años

Un motorista puede ganar 10.000 pesos en 20 segundos en las carreras ilegales que se organizan en Holguín si consigue ser el más rápido en una recta de 200 metros. El mundo de las dos ruedas se ha convertido en esta provincia del Oriente cubano en un lucrativo negocio.

Según publica el diario local Ahora, el "ejército de los que tienen moto" mueve mucho dinero porque los pilotos, además de talento y disposición a dejarse la piel en la carretera, necesitan tener su vehículo pertrechado con lo último que puedan permitirse en mecánica. También, porque alrededor de las carreras han proliferado los negocios de venta de alcohol y de apuestas. La Policía las persigue, sobre todo, por los accidentes, asegura el rotativo.


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A este "ejército de los que tienen moto" pertenecen incluso univeristarios. Es el caso de Michel, de 21 años, que compara a los motoristas que compiten en carreras ilegales con los fumadores: saben que el cigarro mata, pero siguen fumando. "Un amigo mío murió (en una carrera ilegal). Se llamaba Maikel y tenía 16 añitos. Iba corriendo con otro, se le cruzó un carretón y no le dio tiempo a frenar", comenta.

Las carreras ilegales se celebran en Holguín, pese a que están prohibidas en Cuba, donde no se pueden superar los 50 kilómetros por hora en ciudad. El jefe del Destacamento de Tránsito en la provincia, el capitán Luis Ricardo Pupo, admite que sólo consiguen frenar alguna competencia ilegal cuando un vecino o transeúnte les alerta.

De momento, el periodioco Ahora señala que las carreras ilegales están paralizadas en casi todo el territorio holguinero, por temor a los decomisos y las multas, aunque tienen noticias de que se siguen organizando en el municipio de Velasco, el Valle de Mayabe, frente al Impedido Físico y frente el quiosco La Palma, en la carretera de Guardalavaca. Siempre, sobre las doce de la noche.

La piscóloga Sailí Velázquez explica al diario oficialista que los corredores responden al perfil de un joven rebelde, con necesidades insatisfechas, procedente de comunidades marginales, que necesita llamar la atención y que proviene de una familia desestructurada o tiene padres que trabajan mucho y no le prestan mucha atención. No obstante, aclara que puede ser que tenga "mucho dinero" y las carreras sean sólo un hobby.

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