Un director de cine en su ocaso, con sus recuerdos, nostalgias y reencuentros, es el personaje protagonista de Dolor y gloria, presentada recientemente por el propio Almodóvar como una película casi autobiográfica que también habla sobre los primeros amores, los segundos amores, la madre y la muerte, obsesiones de varios cineastas ibero americanos.
Antonio Banderas, luego de trabajar con Almodóvar, y hacerse extraordinariamente famoso a través de su cine, en los años ochenta (Laberinto de pasiones, Matador, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios) se despidió de su director de cabecera en los años noventa con Átame, donde entregó tal vez la mejor actuación de su vida, para recomenzar su carrera en Hollywood.
En 2011, se reencontraron, y Almodóvar tenía reservado para Banderas el papel de monstruo malvado en La piel que habito, y luego lo incluyó en el reparto de la cómica y musical Los amantes pasajeros (2013). Ahora, estarán juntos otra vez, actor y director, en un reparto donde también brilla, en un papel secundario, Penélope Cruz, en un momento de alta actividad profesional que incluye filmes de gran repercusión como Loving Pablo, The Assasination of Gianni Versace y Todos lo saben. En el elencofiguran también Asier Etxeandía, como el otro protagonista masculino y Julieta Serrano en otro papel secundario femenino.
El proyecto número 21 de Almodóvar comenzará a rodarse la primera quincena de julio de 2018 y habla también, según ha escrito en un comunicado su guionista y director, de “la creación, cinematográfica y teatral, y de la dificultad de separar la creación de la propia vida”. El guion del filme nació de la preocupación por el paso del tiempo, y del inconmensurable vacío del artista cuando no puede trabajar y del miedo a lo que ocurrirá con su obra cuando muera.
Almodóvar retorna a un tema recurrente en su cine, la creación artística, y en particular cinematográfica. A tales temas se dedican las anteriores La ley del deseo, en 1987, con Eusebio Poncela en el papel del cineasta Pablo Quintero, y La mala educación, en 2004, con Fele Martínez en el papel del cineasta protagonista. Dolor y gloria vuelve a hablar del cine y de quienes lo realizan.
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