En el día de ayer murió en La Habana, a la edad de 73 años, el general de brigada Adalberto Rabeiro García, quien era jefe de la Dirección General de Investigaciones y Operativos del Ministerio del Interior (MININT), además de un influyente y connotado represor de los órganos de la Seguridad cubana.
Rabeiro García fungió en la década del 90 como jefe de la cárcel de instrucción de 100 y Aldabó, en La Habana.
En su curriculum también figura su paso ―con el grado de coronel― por Villa Marista, específicamente por el Departamento 10 dedicado a la Contrainteligencia, donde con posterioridad sería ascendido a general de Brigada.
También se vincula a Rabeiro la coordinación de equipos de penetración al exilio cubano en Miami, New York, Boston, Los Angeles y Houston, que tuvieron un papel en propaganda en favor de los cinco espías cubanos detenidos en EE.UU., que finalemente serían liberados en 2014, a raíz del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
En su hoja de ruta figura otro hecho destacado, Rabeiro protagonizó en el año 2001 una sonada encerrona contra el empresario panameño Alejandro Abood (50 años), quien fue acusado de ser un agente de la CIA que en Cuba presuntamente trabajó en vinculación con William Villareal y Tomás Ugalde Rodríguez, dos altos funcionarios de la Oficina de Asuntos Especiales del Consejo de Estado cubano.
Según las investigaciones dirigidas por Rabeiro, los funcionarios cubanos, que tenía a su cargo las instalaciones de telecomunicación del Consejo de Estado e incluso en la casa privada de Fidel Castro, confesaron que recibían dinero por informaciones que pasaban a Abood.
Sin embargo, funcionarios panameños revelaron luego que lo sucedido en realidad era que el empresario panameño trataba de cobrar una deuda millonaria que le debía el gobierno cubano. Finalmente, Abood fue liberado de la cárcel en el año 2003 por su mal estado de salud, y expulsado de la Isla.
En el año 1994, Rabeiro estuvo a cargo de las investigaciones que siguieron al arresto de un grupo de cubanos que intentaron desviar hacia Estados Unidos una embarcación que cubría la ruta entre Guanabacoa y La Habana. En aquel momento la fiscalía pidió la pena de muerte para uno de los implicados, aunque le fue conmutada por 30 años de cárcel.
La muerte de Adalberto Rabeiro García, a los 73 años, confirma que hay una vieja generación vinculada al Gobierno cubano, la asociada a su línea más férrea y ortodoxa, que por ley de vida va llegando a su fin.
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