Los visitantes norteamericanos que llegaron a la Ciudad de Camagüey para participar en el desfile del primero de mayo, invitados por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), estuvieron bajo vigilancia por la Seguridad del Estado hasta el pasado sábado 28 de abril, según contó Henry Constantin, periodista de Martí Noticias, quien lo vivió en primera persona.
Ni siquiera el hecho de ser invitados por el ICAP, que además dirige Fernando González Llort, uno de los cinco espías cubanos, los salvó de actividades de vigilancia y control sobre sus movimientos, por decenas de agentes del Ministerio del Interior (MININT), uniformados y de civil.
Los trabajadores de los hoteles donde se hospedaban -que permanecieron sitiados por una quincena de policías durante la visita-, los taxistas que los trasladaron y los trabajadores de las instituciones culturales, educativas, políticas y económicas que visitaron, fueron convocados a una reunión previa a su llegada para informarles acerca de qué decir y qué no.
Antes del arribo de la delegación estadounidense la Seguridad del Estado realizó varias visitas al Teatro Principal, donde tuvo lugar una función del Ballet de Camagüey a la que los norteamericanos estaban invitados, y a la que no se podía acceder sin invitación oficial. El día de la función, el lugar fue rodeado por la policía, que se dedicó a pedir identificación y explicaciones a todo el que se detuviese por ahí.
Los norteamericanos, pertenecen a organizaciones civiles de Estados Unidos, solo pudieron visitar entidades del sector estatal y se les negó el contacto con cualquiera que no estuviera “preparado” para recibirlos.
Asimismo, fue negada la reunión con periodistas independientes y artistas camagüeyanos, los cuales también estuvieron en el punto de mira de la Seguridad del Estado antes y durante la visita.
Por ejemplo, a la periodista independiente Sol García Basulto, le rodearon su casa con patrullas el mismo día que arribó la delegación y el propio Constantin cuenta que lo siguieron, al menos durante medio kilómetro, agentes conocidos por su persecución contra los periodistas independientes.
La parafernalia segurosa fue descrita para los norteamericanos, quienes conocen muy bien de libertad individual, como preocupación por su seguridad, a modo de justificar lo que, a ojos de todos, no fue más que una burda represión.
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