Las 10 motivaciones más insólitas de algunos de los cubanos que desfilaron este 1 de mayo

Para algunos cubanos los desfiles del primero de mayo son algo tan pintoresco como las Charangas de Bejucal; tan maquinal como ir a comprar el pan de la bodega, tomarse una caldosa el 27 de septiembre, o hacer una cruz en el círculo grande de la boleta verde. Toca y ya.

1 de mayo de 2018 en Cuba © Cubadebate/ L Eduardo Domínguez
1 de mayo de 2018 en Cuba Foto © Cubadebate/ L Eduardo Domínguez

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Este artículo es de hace 6 años

Apenas triunfa la Revolución cubana, el primero de mayo se vistió de otra connotación en la isla. Como era de esperarse, a partir de la filiación comunista con los hermanos de Europa y Asia, la fecha que en muchos países del mundo genera manifestaciones, mítines y reclamos por parte de diferentes sindicatos, de pronto aquí se vistió de completo escarlata. Con 'todas sus penurias resueltas', nuestros trabajadores desfilaron entre miles de banderolas, patrióticas iniciativas y consignas revisadas, para que el mundo entero supiera de lo feliz, orgulloso y comprometido, que estaba nuestro proletariado.

«¡Mientras el mundo clama mejoras salariales y el cese de la explotación burguesa, nuestra alianza de obreros y campesinos, desfilan victoriosos por la conquista de todos sus ideales!», sermoneaba tempranamente una voz apastorfelipada, por los altavoces de la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana: «Adelante proletarios, ¡Uníos!»


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Desde el propio año 1959 se decidió que esta fecha sería la consagrada para la más espontánea, colorida y masiva de las concentraciones populares. Luego surgieron nuevos adjetivos para catalogar el vistoso desfile, y poco tiempo después se oficializó La internacional comunista, un himno que en medio del júbilo popular cada quien cantaba como alcanzaba a entender, y aquellas disonancias conformaban la telúrica armonía del pueblo trabajador.

Desde entonces la marea roja ha sido la postal preferida de nuestros líderes: "¿Qué no me apoyan? ¿Qué no me quieren? Mira esta multitud enardecida coreando mi nombre." Más menos funcionaba así. Funciona aún. Ese tumulto proletario fue, y es, utilizado como la principal muestra gráfica del consenso popular cubano, del apoyo irrestricto a quienes nos regalaron esta libertad de canción bajo la lluvia.

Sin embargo, pocos son conscientes de ese juego. Casi nadie desfila en nombre del comunismo, ¿cuántos conocen siquiera los acontecimientos de Haymarket, en el Chicago de 1886?, pero no importa, porque los lentes no captan los motivos individuales sino las consignas colectivas. El secuestro burocrático de la fecha, para mostrar al mundo la felicidad que se le decretó a nuestros trabajadores, logró vaciar de todo contenido emancipador el primero de mayo en Cuba. La antes fuerte y combativa CTC (Central de Trabajadores de Cuba) de la noche a la mañana perdió toda su vocación redentora y besó los pies del nuevo amo explotador: la burguesía estatal.

Para algunos cubanos los desfiles del primero de mayo son algo tan pintoresco como las Charangas de Bejucal; tan maquinal como ir a comprar el pan de la bodega, tomarse una caldosa el 27 de septiembre, o hacer una cruz en el círculo grande de la boleta verde. Toca y ya.

Otros tienen motivos más claros, aunque inauditos, para asistir a la plaza. Cada vez son más los que se apartan de las respuestas políticamente correctas cuando un periodista indaga en los motivos reales de su participación.

Veamos este top ten de respuestas insólitas dadas por residentes en Villa Clara, algunas realmente de colección.

CiberCuba

PREGUNTA: ¿Por qué has venido a desfilar este primero de mayo?

RESPUESTAS:

  1. Yarelys: «En junio dan la estimulación semestral en mi empresa, y el año pasado me descontaron 15 CUC, luego me dieron como justificación para el descuento un certificado médico que solicité, y el no haber participado en el desfile del primero de mayo. Entonces este año vine, a ver qué pasa.»
  2. Marta Julia: «Me dijeron que habría una feria agropecuaria después, donde sacarían carne de cerdo y plátanos, que están perdidos desde el ciclón. ¿Tú sabes algo?»
  3. «Es mi cumpleaños y siempre vengo a divertirme con la gente de la escuela. Casi siempre hay un concierto después.»
  4. «Ella sabe que yo vine por ella, porque me encanta —se lo digo en la cara a ver si me acepta de una vez— y ella es de eso… ¿cómo se llama?... del sindicato en la empresa.»
  5. «¿Yo? A vender», explica Roberto, con un saco repleto de palomitas de maíz, y una cubeta llena de pomitos trasvasados de agua congelada.
  6. «Bueno porque nos dan el día libre, y porque hay birra y música luego del desfile... ¡a gozar!»
  7. «No, yo no desfilo porque no puedo coger sol, aproveché y vine porque soy de lejos, y como pusieron guaguas quería conectarme desde la wifi de la plaza. Pero parece que está desconectada.»
  8. Un universitario: «Desde niño me encantan las iniciativas de los diferentes sectores que desfilan, los carteles, las pancartas. El año pasado sacaron un tabaco gigante y una carreta con muchas cañas.»
  9. Mi TRD se pasó en el consumo eléctrico y tenemos los aires desconectados, así que preferí ser de los doce asignados para participar… prefiero desfilar que estar trancada cogiendo calor allá.
  10. «Es necesario este tipo de marchas para demostrarle a Trump que aquí hay un pueblo enérgico y viril, que con la injusticia tiembla… ¡y que con Maduro y con Cuba no se meta!»

Ellos son solo algunos de los que gritaron el lema convenido de ¡Unidad, Compromiso y Victoria!, este primero de mayo en la isla. Al mirar en la prensa oficialista los ecos del desfile, si el lector se fija bien, quizás pueda encontrar sus rostros dentro de esa marea de pueblo comprometido y trabajador.

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