Un tipo con tanta historia beisbolera como Don Mattingly lo resumió magistralmente: “Quizás aceptamos más el ponche ahora. Lo estamos aceptando más en la secundaria, en la universidad y en las Pequeñas Ligas. Es muy diferente a la época en que yo jugaba. Entonces era una vergüenza poncharte”.
Ese es el punto: a los bateadores dejó de darles pena regresar al dugout sin poder hacer contacto en zona fair. La filosofía ha cambiado de manera sustancial, y ahora se trata de que el fin (que es el jonrón) justifica el precio que se tiene que pagar (los ponches cada vez más numerosos).
La llamada Revolución del Fly Ball –unida, claro está, a la presencia de lanzadores cada vez más veloces y cuerpos de relevo más capacitados- acaba de legarnos otra historia sorprendente cuando por primera vez en casi 150 años de Ligas Mayores, la cantidad de strikeouts fue mayor que la de imparables a lo largo de un mes.
En declaraciones citadas por AP, el Comisionado de la MLB, Rob Manfred, señaló: “Un mes representa una muestra más bien pequeña y confiamos en que el fenómeno de que los ponches superan a los hits sea una anomalía que no persista en el transcurso de la temporada”.
De acuerdo con las cifras aportadas por Elias Sports Bureau, en abril de este año hubo 6656 ponchetes y 6360 indiscutibles. O sea, 296 abanicados por encima del número de hits, y un total de 17.5 por partido. Algo sencilla y llanamente impensable hace una década.
Porque hay cosas en el béisbol moderno que parecen de ciencia ficción. Como que en el primer mes de campeonato los equipos promediaron 253 abanicados, con San Diego llevando la punta al beberse 315 cafecitos. O que la proyección actual para finales de campaña se eleva hasta 42 539, lo cual convertiría en escombros la marca vigente que data del año anterior y es de 40 104. De paso, sería la undécima temporada consecutiva en que se establece un record para este indicador.
Tan frecuentes se han hecho los ponches que a esta joven altura del evento ya hay seis hombres que exceden los 40, entre ellos los cubanos Yoan Moncada (47) y Yoenis Céspedes (43). Los demás son Giancarlo Stanton (46), Carlos Gómez (42), Aaron Judge (41) y Drew Robinson (41).
Mientras tanto, tres pitchers rebasaron en abril la barrera de 60, hecho éste que permite vislumbrar acumulados realmente estremecedores para fines de septiembre. Son los casos de Max Scherzer (65), Justin Verlander (62) y Gerrit Cole (61).
Tal es la realidad de los vientos que soplan hoy en los diamantes: cada vez la pelota termina más veces del otro lado de la cerca, pero también son más las ocasiones en que la vez al bate acaba en la mascota.
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