El gobierno norteamericano estaría realizando preparativos con el fin de albergar en bases militares a niños inmigrantes que sean detenidos en la frontera con México, mientras intentan llegar al país junto en busca de asilo.
La noticia fue dada a conocer ayer martes por el diario The Washington Post a partir de unos correos electrónicos entre personal del Pentágono y del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
El reporte indica que en las próximas dos semanas personal del HHS visitará cuatro bases militares (tres en Texas y una en Arkansas) con el propósito de evaluar si reúnen las condiciones para convertirse en “refugios para niños”. De momento no está claro si las tropas podrían ser asignadas a las bases militares donde los menores serán retenidos.
El citado medio explica que, según lo indicado en la comunicación interna, las bases militares solo se utilizarán “para retener a menores de 18 años que lleguen a la frontera sin un pariente adulto o después de que el gobierno los haya separado de sus padres”.
El empleo de bases militares para retener a indocumentados detenidos en la frontera ya fue contemplado en un memorando de inicios del pasado mes de abril.
El documento ―que fue publicado en el registro federal el 13 de abril― puso fin a la política del catch and release (detener y liberar), y el presidente Trump destacó que esa decisión formaba parte de sus medidas para "mejorar" la ejecución de las leyes de inmigración.
La orden de la administración Trump insta a elaborar "una lista detallada de todas las instalaciones existentes, incluidas las instalaciones militares, que podrían usarse, modificarse o reutilizarse para detener a extranjeros por violaciones de la ley de inmigración en las fronteras de Estados Unidos o cerca de ellas".
La directora gerente del programa de Human Right Watch para EE.UU. ha dicho que "las autoridades de inmigración deben mantener juntas a las familias y no deben mantener a niños durante la noche en celdas de detención".
La funcionaria añadió que el gobierno federal “sabe que tiene obligaciones legales para proporcionar viviendas adecuadas para los niños. Es imposible imaginar cómo esas obligaciones legales, mucho menos obligaciones morales de trato humano para los niños se pueden cumplir en una base militar”.
Y resaltó que “No hay justificación para esta decisión política dura y absurda”.
Lilia Velásquez (profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California en San Diego) ha recordado que la separación de menores de sus padres no se trata de una política nueva.
El citado medio de prensa recuerda que en una gran crisis de inmigración infantil, en el año 2014, el gobierno de Barack Obama utilizó bases en Oklahoma,Texas y California para albergar a más de 7 mil niños en un período de varios meses.
El pasado 9 de mayo la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Kirsjten Nielsen, presentó en un subcomité del Senado los planes del gobierno norteamericano para frenar el flujo migratorio ilegal por la frontera con México. Entre los cambios se citaba justamente la anulación del acuerdo judicial que impedía hasta ahora la retención de menores de edad en instalaciones restrictivas.
La Casa Blanca ha recalcado que la nueva política migratoria está orientada hacia la adopción de "un sistema de inmigración que sirva al interés nacional".
Con ese fin, además de detener y aumentar el arresto de indocumentados, se mantiene en su plan de construir un muro en la frontera con México y garantizar "la pronta eliminación (deportación) de los entrantes (inmigrantes que ingresan al país) ilegales (indocumentados)".
El lenguaje utilizado en el decreto es similar al que Trump empleó durante su campaña (cuando asoció la inmigración ilegal al tráfico de drogas) y avisa que los indocumentados constituyen "una amenaza a nuestra seguridad nacional y nuestra seguridad pública".
El Departamento de Salud de Estados Unidos en estos momentos tiene capacidad para alojar a 10.571 niños en cien centros de cuidado de crianza a nivel nacional.
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