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LA GUAIRA, Venezuela, 18 mayo (Reuters) - El profesor de educación física Francisco Sánchez se relaja bajo una sombrilla en su traje de baño azul y blanco mientras el oleaje celeste del Caribe acaricia la arena de una playa en las afueras de Caracas.
Normalmente, Sánchez, de 59 años, estaría en la escuela religiosa en la caótica Caracas, pero el gobierno cerró los colegios desde el martes para usarlos a muchos de ellos como centros de votación en la elección presidencial del domingo.
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Se espera que el presidente socialista Nicolás Maduro gane una reelección para gobernar por otros seis años a pesar de la profunda crisis económica, ya que la coalición opositora está boicoteando los comicios y el consejo electoral es considerado progobierno.
Desanimados ante las circunstancias, algunos simpatizantes de la oposición buscan distanciarse de la política y las dificultades económicas esta semana en las playas venezolanas.
En la franja arenosa en la ciudad costera de La Guaira, a una hora en auto de Caracas, jóvenes tomaban cerveza mientras niños chapoteaban en el mar, encantados de tener unos días sin escuela.
"Uno puede despejarse un poquito de la locura de Caracas. No es que se olvida, porque nada se olvida, pero relativamente está con un poco de tranquilidad", dijo Sánchez, que no planea votar.
Los dos rivales más populares de Maduro tienen prohibido postularse, y su candidatura se beneficia del aceitado aparato oficialista, que incluye la entrega de alimentos en un país donde la escasez de todo tipo de productos es cotidiana.
"Para mí no son elecciones", agregó.
Maduro y sus aliados responden que el sistema electoral de Venezuela es ejemplar y que los políticos de la oposición son perdedores resentidos que saben que serán derrotados si participan. El exchofer de autobús y exsindicalista atribuye los problemas económicos a un complot de la oposición para socavar su "socialismo del siglo 21".
Muchos de los que se asoleaban en la playa eran partidarios de Maduro que disfrutan de un descanso con la familia.
"¡Aprovechando que nos dieron la semana libre por las elecciones! Venimos a relajarnos para salir el domingo y votar por el presidente Maduro", dijo Ginner Sequera, una trabajadora de cocina de una escuela de 39 años.
"Esta ruda la situación económica, gracias a una guerra económica que tenemos, pero igualito estamos con Maduro", agregó mientras comía papas fritas con sus dos hijos bajo una sombrilla.
El rival de Maduro, Henri Falcón, se ha distanciado de la coalición opositora para postularse a la presidencia, pero muchos en la oposición ven al exaliado del fallecido líder Hugo Chávez con suspicacia.
"Falcón es un chavista disfrazado. Es básicamente más de lo mismo, no creo que va a cambiar mucho", dijo el profesor universitario de música Edwin Arellano, de 42 años, mientras miraba a su hija de siete años divertirse en el agua.
Arellano dijo que ningún candidato tenía un plan viable para ayudarlo a costear su renta de 100 dólares mensuales con su salario de dos dólares al mes. "Esta vez no vale la pena ni siquiera ir a votar". (Editado en español por Pablo Garibian)
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