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La Habana, 22 may (EFE).- La funeraria de la capital de Holguín, la provincia donde residían 67 de las 111 víctimas del accidente aéreo ocurrido el viernes en La Habana, ha tenido que habilitar más espacios en otros lugares para poder velar los restos de los fallecidos que van llegando cada día desde la capital.
Las autoridades de la zona decidieron emplear el Centro de Arte de la ciudad y una tienda del Fondo de Bienes Culturales, ambas con grandes espacios disponibles, para "facilitar la estancia de familiares, vecinos y de la población en general que arriba a rendirle homenaje a los fallecidos, según los medios estatales.
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La decisión "contribuye a descongestionar el área de la funeraria holguinera que ya resulta pequeña para el elevado número de personas que acuden a dar sus condolencias a los familiares de los fallecidos", señala una nota de la Agencia Cubana de Noticias.
De esta forma también se puede prestar atención médica de forma más cómoda a las familias y vecinos que necesiten asistencia ante las "presiones" de permanecer horas en los velatorios, agrega.
En el accidente, que se produjo minutos después del despegue, murieron 110 de las 113 personas que viajaban en el vuelo DMJ-972 de Cubana de Aviación que cubría la ruta entre La Habana y Holguín, a casi 700 kilómetros al este de la capital.
Una de las tres supervivientes, también de Holguín aunque residente en La Habana, falleció ayer lunes en un hospital de esa ciudad.
De las 111 víctimas, cien son cubanas y de ellas 67 procedían de la provincia de Holguín, tanto de la capital homónima como de varios de sus municipios.
Hasta el momento han sido oficialmente identificados en el Instituto de Medicina Legal de La Habana los restos de cincuenta de los fallecidos y a medida que se han ido confirmando identidades, los cuerpos han sido entregados a las familias.
Por ello, en la provincia oriental hay desde el pasado domingo un flujo constante de recibimiento de cuerpos, y se suceden los velatorios y despedidas.
Los primeros restos en ser trasladados a su lugar de origen y sepultados fueron los de Suyen Lizandra Figueredo y su hija de siete años, Alexa Rivas, ambas residentes en la localidad holguinera de Gibara, que las recibió en masa y las despidió en la Casa de la Cultura Municipal.
También en otras provincias del este de Cuba, como Granma y Las Tunas, han empezado a despedir a sus vecinos fallecidos en el accidente.
En Manzanillo (Granma) fueron enterrados Maricela Peña (68) y Julio Espinoza (78), quienes llevaban juntos 45 años y regresaban de La Habana, adonde habían ido para "formalizar legalmente su matrimonio y poder viajar juntos al extranjero", según contó un sobrino de ella a la ACN.
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