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La mexicana Myrna Díaz trabajó como sobrecargo para Aerolíneas Damojh (Global Air) entre 2013 y 2016. Según cuenta, no se sorprendió el pasado viernes cuando supo que uno de los aviones, rentado por Cubana de Aviación, se había estrellado en La Habana.
Díaz asegura que era habitual volar sin la cantidad de combustible requerido, no capacitaban al equipo de sobrecargos y era común que los empleados no supieran hasta casi el despegue, a dónde irían ni por qué tiempo.
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"Se salía el agua de las pocetas del baño en cada aterrizaje y despegue, volábamos con el mínimo, a veces hasta con un tobogán nada más, sin chalecos salvavidas, sin tanques de oxígeno, teníamos que cooperarnos entre nosotros hasta para pagar el servicio de las escaleras, combustible o cosas así, limpiar el avión, eso sin contar que te manejaban a través de los viáticos", dijo en entrevista para el diario mexicano Milenio.
La última inspección a la empresa en la que ella participó fue en 2016 y, según dice, le comentó de los problemas a la especialista a cargo enviada por la STC, Edna Laura González Gómez. Ese mismo año ella le envió documentos que probaban las anomalías de los contratos como el llenado de los tanques de gasolina.
"En esa ocasión yo le comenté a Edna que para mí era una burla que hicieran esa inspección y nos hicieran tantas preguntas y todo eso cuando era de su conocimiento que no tenemos bien los cursos, que los manuales nos los entregan el mismo día, que estamos aterrorizados por la empresa de lo que tenemos que decir o lo que no tenemos que decir, que nos manejan por hambre, es triste pero es real", explicó.
Myrna contó además al citado medio que el mantenimiento de los aviones lo hacían los propios empleados, con lo que tuvieran.
"Yo les veía tan presionados muchas veces porque sabían lo que estaba mal, pero no podían hacer absolutamente nada sin las herramientas, a veces eran tan presionados, no podían poner determinadas cosas en la supuesta bitácora, no podían hacer o tomar decisiones, si ellos dicen: hace falta esto y no está, pues no está".
En enero de 2017, Myrna demandó a Global Air y a su propietario, Manuel Rodríguez Campo. Su expediente 31-2017, aparece abierto en la Junta Especial 3 Bis y está citado a comparecer el 27 de junio próximo.
Díaz no es la primera que se decide a romper el silencio tras el trágico suceso en La Habana. Marco Aurelio Hernández, un ex comandante de vuelo de la aerolínea, recientemente aseguró a la prensa que había estado informando sistemáticamente por años sobre las irregularidades y fallos técnicos en las aeronaves. Según dice, jamás le prestaron atención.
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