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Las autoridades cubanas han reconocido 66 cuerpos de los fallecidos en el accidente de aviación ocurrido el pasado 18 de mayo en La Habana. Según el periódico Ahora, de Holguín, el proceso podría extenderse hasta un mes.
Un equipo multidisciplinario de más de 30 especialistas compuesto por forenses, criminalistas y antropólogos, entre otros, trabajan para identificar, en el menor tiempo posible, los 109 cadáveres que fueron recuperados del lugar donde cayó la aeronave.
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En opinión del doctor Sergio Rabell Piera, director del Instituto de Medicina Legal, la cercanía y la accesibilidad al área del siniestro –un campo agrícola cercano al aeropuerto–, favorecieron el desarrollo de la investigación.
Alejandro Caral Gutiérrez, especialista en primer grado de Medicina Legal, explicó que los cadáveres sufrieron los efectos de la caída a la tierra y del calor. “Del avión no quedó prácticamente nada”, afirmó.
El especialista explicó que a los cuerpos se les aplican técnicas antropológicas para determinar sexo, raza, edad y estatura, y después se les buscan marcas particulares.
La colaboración con la familia es valorada como “fundamental de todo el andamiaje investigativo, pues cualquier detalle: un tatuaje, una fractura, un pelado, una cicatriz… pueden ser determinantes”, señaló.
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