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SEÚL, 12 jun (Reuters) - La declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el martes de que pretende poner fin a ejercicios militares conjuntos en Corea pareció sorprender tanto a funcionarios militares surcoreanos como estadounidenses.
Trump formuló los comentarios en una conferencia de prensa después de su cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Un en Singapur, en la que calificó los juegos de guerra como caros y "provocativos".
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La Casa Azul presidencial de Corea del Sur afirmó que necesitaba "determinar el significado preciso o las intenciones" de la declaración de Trump y agregó que está dispuesta a "explorar varias medidas para ayudar a que las negociaciones avancen en forma más expedita".
En tanto, una portavoz de las fuerzas militares estadounidenses en Corea dijo que no ha recibido ninguna orden de poner fin a los ejercicios militares conjuntos.
"La USFK no ha recibido una orientación actualizada sobre la ejecución o cese de ejercicios de entrenamiento", dijo en un comunicado la portavoz de las fuerzas estadounidenses en Corea, teniente coronel Jennifer Lovett.
"En coordinación con nuestros socios (surcoreanos), continuaremos con nuestra postura militar actual hasta que recibamos una orientación actualizada desde el Departamento de Defensa y/o comando indopacífico (INDOPACOM)", agregó.
El Pentágono tampoco pudo confirmar de inmediato los comentarios de Trump sobre la suspensión de los ejercicios, una medida que las fuerzas armadas estadounidenses han resistido desde hace tiempo. Un funcionario surcoreano dijo que inicialmente pensó que Trump había tenido un lapsus.
"Me sorprendí cuando calificó a los ejercicios de 'provocativos', una palabra que es muy improbable que sea utilizada por un presidente estadounidense", comentó el funcionario, que habló bajo condición de anonimato debido a que es un tema políticamente delicado.
Cerca de 28.500 soldados estadounidenses están estacionados en Corea del Sur, un legado de la Guerra de Corea, que terminó en 1953 en un armisticio que dejó a las dos Coreas técnicamente en guerra.
(Reporte adicional de Philip Stewart y Doina Chiacu en Washington, David Brunnstrom en Singapur y Hyonhee Shin y Haejin Choi en Seúl; editado en español por Patricio Abusleme)
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