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La vida de la familia de Adalynn Joy Sooter, una niña de 4 años, cambió para siempre el 12 de noviembre de 2016 tras diagnosticarle un tumor masivo en su cerebro.
El pasado 3 de junio se consumó el fallecimiento de la menor, pero apenas un día antes su padre Matt Sooter compartió una emotiva imagen en la que se veía a Jackson despedirse de su hermana moribunda.
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"Esto es algo que un niño pequeño no debe hacer", publicó el progenitor en su perfil de Facebook el 2 de junio.
En la instantánea, que está conmoviendo a las redes sociales, se puede ver a Jackson tocando la frente de su hermana y uniendo sus brazos. "Así no es como se supone que debe ser. Pero este es el mundo roto en el que vivimos. Los síntomas de Addy han progresado rápidamente en el último día y medio", escribió su padre en la citada red social.
"Recen por mi hijo, no quiere moverse del lado de su hermana y no le vamos a echar. Recen por nosotros", añadió Sooter.
Un día después de la muerte de su hija, el padre hizo una especial petición para todas aquellas personas que quisieran mostrar sus condolencias. "En vez de mandar flores, hagan una donación a la asociación Michael Mosier Defeat DIPG Foundation, en Arkansas. Mi hija se ha ido, pero sigue ayudando a otros. Su tumor, su cerebro y su médula han sido donados para que puedan ser estudiados y ayudar así a otros niños que padezcan su misma enfermedad", explicó.
El origen de la enfermedad
El origen de la enfermedad de la menor se remonta a octubre de 2016 cuando sus padres Matt y Chandra detectaron los problemas que tenía para caminar, ya que con frecuencia caía y tropezaba.
"Estábamos confundidos, pero pensamos que podría ser debido al crecimiento acelerado que acababa de pasar. Pero a medida que empeoraba, nos preocupamos cada vez más", relataron los progenitores a People.
La preocupación hizo que llevaran a su niña de dos años al hospital, donde los médicos detectaron que la pequeña sufría Glioma de tronco encefálico infantil (DIPG, por sus siglas en inglés) y dictaminaron que viviría muy poco tiempo.
Sin embargo, los tratamientos de radiación hicieron que el tumor se redujera a casi la mitad de su tamaño, algo que hizo albergar esperanzas a su familia. "Nos sentimos aliviados y rezamos para que ella fuera una de las pocas personas cuyo tumor se estabilizaría, aunque sabíamos que había probabilidades de recaída", confesó Matt al citado medio.
Pero en julio de 2017 los médicos detectaron un nuevo crecimiento del tumor e informaron a los padres que ya no podían hacer más por la niña. Una trágico final que deja una historia de fortaleza y amor a partes iguales.
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