Al menos 17 muertos, entre los que figuran ocho menores de edad, fue el saldo que dejó este fin de semana la explosión de una bomba lacrimógena en una fiesta de graduación que se llevaba a cabo en un club nocturno al oeste de Caracas.
Según recoge la prensa local, el artefacto habría sido activado en medio de una riña entre dos de los asistentes a la fiesta, organizada por varios centros educativos con el fin de recaudar fondos para una graduación y a la que asistieron cerca de 500 personas.
El lugar, conocido como Club de los Cotorros, ha sido tradicionalmente frecuentado por los miembros de la comunidad ecuatoriana en el país.
Al momento de la explosión, se registraron casos de asfixia y una violenta estampida general producto del pánico, que dejó un número aún indeterminado de heridos a causa de politraumatismos.
Las víctimas fueron llevadas al Hospital Pérez Carreño, la Clínica El Paraíso y la Clínica Loira, cercanas al lugar de la tragedia.
El Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Néstor Reverol, anunció que el Cuerpo de Investigaciones Penales, Científicas y Criminalísticas (CICPC) junto a la Guardia Nacional Bolivariana, organizaron el traslado de las víctimas a centros asistenciales, y detuvieron a siete personas, incluyendo dos menores de edad, como presuntos responsables.
“También ha sido detenida la encargada del establecimiento por incumplir la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones que establece las medidas a este tipo de establecimientos de acceso controlado”, indicó el titular vía Twitter.
De los fallecidos, fueron identificados por la Policía Nacional Bolivariana Jorhgen Alexander Castro (19), Adrián Alejandro Blanco (16), Luis Roniel Guerra Alfonso (19), Marcos Javier Altuve Valenzuela (18) y Luis Eduardo Barrios Cevedo (46).
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