El pasado 28 de mayo se produjo el derrame de petróleo en la Bahía de Cienfuegos y, ahora, tres semanas después desde el Gobierno de Cuba se restó importancia.
Según José Fidel Santana Núñez, vicetitular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), no se puede hablar de afectaciones concretas a la biodiversidad.
Así lo explicó en declaraciones recogidas por el diario oficialista Juventud Rebelde. En este sentido detalló que "hasta ahora solo no se reporta la presencia de hidrocarburo en el área protegida de refugio Laguna de Guanaroca".
Desde el citado medio se habló de "13 000 metros cúbicos de aguas oleosas procedentes de la Refinería de Petróleo Camilo", pero se minimizaron los daños.
En este sentido el representante del Gobierno de Cuba dijo que no había pruebas de la existencia de peces muertos o de aves dañadas.
Santana Núñez indicó que "se aprecian afectaciones en algunas zonas como los manglares más cercanos a la industria", pero en cualquier caso defendió que "no pasan de apreciaciones preliminares".
"En el resto de la bahía, de una u otra forma, se aprecian las huellas dejadas por el derrame en muelles, muros, raíces de mangle, desechos sólidos y vegetación propia de las orillas de la rada", añadió.
Días después del suceso los vecinos de la comunidad Castillo de Jagua ya mostraron su preocupación por el derrame del crudo, debido al vertido de las piscinas residuales de la refinería por las lluvias de la tormenta tropical Aberto.
"Aquí se acabó todo por años", se lamentó uno de los pescadores de la zona afectada.
Los pescadores de este poblado, ubicado frente a la Bahía de Cienfuegos y a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad, temían que el olor tan fuerte terminará afectando a la salud de los residentes.
Cienfuegos fue una de las provincias más afectadas por Alberto. La mayoría de sus poblados y municipios quedaron incomunicados debido a las inundaciones.
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