Melania Trump se ha sumado a la disputa acerca de las medidas drásticas de la Casa Blanca sobre la inmigración que ha provocado la separación de miles de niños de sus familias en la frontera con México, y dijo, a través de su portavoz, que "odia ver a los niños separados de sus familias".
Stephanie Grisham, portavoz de la primera dama, dijo que Melania cree que "necesitamos ser un país que siga todas las leyes", pero también uno que "gobierne con corazón".
"La señora Trump espera que ambos lados (demócratas y republicanos) finalmente puedan unirse para lograr una reforma migratoria exitosa", añadió Grisham.
El debate sobre la política de "tolerancia cero" ha aumentado desde que se supo que 1.995 menores estaban separados de 1.940 adultos en solo seis semanas cuando intentaban ingresar a los EE.UU. entre los pasos fronterizos oficiales.
Donald Trump ha intentado culpar a los demócratas por la creciente crisis política. "Es culpa de los demócratas por ser débiles e ineficaces con la Seguridad Fronteriza. Díganles que comiencen a pensar en las personas devastadas por el crimen proveniente de la inmigración ilegal. ¡Cambien las leyes!", escribió en su cuenta personal de Twitter este lunes.
Se espera que la Cámara vote el miércoles sobre un proyecto de ley de inmigración impulsado por conservadores que podría no contar con el apoyo suficiente para aprobarlo, pero también hay una medida de compromiso que incluye propuestas clave respaldadas por el presidente.
La ex primera dama Laura Bush también se sumó a las críticas y calificó de "cruel" e "inmoral" la política de separación, en un artículo publicado en The Washington Post.
"Nuestro gobierno no debería estar en el negocio de depositar niños en almacenes reconvertidos o hacer planes para colocarlos en tiendas de campaña provisorias en el desierto a las afueras de El Paso", escribió refiriéndose a que muchos de los niños están alojados en un antiguo WalMart en Texas.
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