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Caracas, 19 jun (EFE).- El dirigente oficialista Diosdado Cabello fue elegido este martes como nuevo presidente de la plenipotenciaria e incontestable Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela (ANC), un cambio de mando que viró al órgano no reconocido por una parte de la comunidad internacional hacia el chavismo más radical.
El representante del ala dura del chavismo gobernante fue designado por aclamación por los más de 500 miembros de la ANC, todos afectos al oficialismo, y de entrada juró hacer "lo que tenga que hacer" para cumplir con su labor al frente de la Constituyente.
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"Es un gran compromiso en el que se han metido ustedes", bromeó al ofrecer su primer discurso y antes de citar para esta misma semana a los jefes de las comisiones de la ANC para debatir propuestas e ideas que atajen la severa crisis económica que padece el país petrolero.
El considerado "número dos" del chavismo fue el único propuesto para asumir el cargo que dejó vacante la ahora vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, lo que transformó el debate por su postulación en una cadena de loas hacia Cabello que acabó sin votos en contra.
La constituyente Noris Herrera dijo que la comisión de comunas tuvo un "debate sabroso" en las comunidades, que se decidieron por Cabello por ser este "un hombre probo, leal a la patria, que no ha dejado mal a la revolución bolivariana", instaurada en la nación caribeña por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
Y la presidenta de la comisión de derechos humanos, María Díaz, recordó que Cabello ha sido "leal", pese a que, aseguró, el antichavismo lo tentó en múltiples oportunidades para que se integrara a la oposición.
Díaz pidió el voto "con las dos manos" para Cabello, un dirigente que "no ha permitido que se olvide a Chávez", en referencia a los videos sobre el fallecido líder socialista que suele divulgar el nuevo presidente de la ANC en su programa semanal de televisión.
Cabello firmó el acta constituyente que lo designa en el cargo entre los aplausos de los cientos de oficialistas presentes en la sesión, a la que también acudió su esposa, la ministra de Obras Públicas Marleny Contreras, y la hija de ambos, Daniela Cabello.
Fue recibido con abrazos en el estrado mientras el auditorio coreaba "volvió, volvió, volvió", en alusión a su pasado como presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), cargo que desempeñó en el mismo Palacio Federal Legislativo.
Cabello abandonó hace más de un año la silla que ganó hasta 2020 en el Parlamento, ahora dominado por la oposición, y fue uno de los impulsores de la ANC, que se instauró sin un referendo previo como indica la Constitución, razón por la que es señalada de fraudulenta por la oposición y buena parte de la comunidad internacional.
También fue vista por la oposición como un foro falso después de que la empresa encargada de contar los votos asegurara que contabilizó más de un millón de sufragios menos de los anunciado por el chavismo tras la elección de la ANC el 31 de julio pasado, compuesta solo por oficialistas.
Por su cercanía con Chávez y su permanencia en la jerarquía del oficialismo a Cabello se le ha conferido el título de "hombre fuerte" de la revolución, y ha hecho gala de esta distinción en cada tribuna que ha ocupado en las últimas dos décadas como vicepresidente, diputado, ministro, constituyente y miembro todopoderoso del partido de Gobierno.
Esta jornada se recordó en la plenaria de la ANC que Cabello fue el brazo ejecutor de polémicas medidas sin sucumbir ante la presión, como sucedió con la no renovación de la licencia al canal privado RCTV, que en la práctica llevó a su cierre, cuando presidió el ente de comunicaciones del país.
Cabello "ha demostrado que es un soldado leal" a las ideas de Chávez y "un baluarte de este proceso socialista", señaló al respecto la asambleísta María Vega.
La designación ocurre en medio del silencio de la desorganizada oposición venezolana, que no reaccionó de forma inmediata a la noticia.
A la par, Cabello ha sido acusado de socavar la democracia en Venezuela, razón por que le han impuesto sanciones económicas desde la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza y Canadá, así como otros países y Gobiernos.
Ahora tendrá que ponerse al frente de un órgano que pronto cumplirá un año de instalado y que aún debe cumplir con su principal tarea: refundar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Carta Magna. EFE
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