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El presidente norteamericano, Donald Trump, se ha pronunciado este lunes sobre la expulsión de Sarah Sanders, su portavoz en la Casa Blanca, de un restaurante en Virginia, donde no la quisieron atender por trabajar para él.
En Twitter, publicó Trump este lunes: "El restaurante Red Hen debe centrarse más en la limpieza de sus sucios toldos, puertas y ventanas […] en lugar de negarse a servir a una buena persona como Sarah Huckabee Sanders".
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"Siempre tuve una regla, si un restaurante está sucio por fuera, ¡está sucio por dentro!", sentenció.
El pasado sábado 23 de junio, Sarah Sanders escribió en Twitter que en la noche del viernes la dueña del restaurante Red Hen, en Lexington (Virginia) se negó a atenderla a ella y a siete miembros de su familia, y explicó que los motivos que dio la propietaria del lugar era que trabajaba “para el presidente Trump”.
El diario británico The Guardian, por su parte, ha citado las declaraciones de Walter Shaub ―jefe federal de ética durante la administración de Barack Obama y los primeros meses de Trump― quien habría censurado que la portavoz utilizara su cuenta oficial de Twitter para criticar un negocio privado, lo que habría supuesto, en su opinión, un fallo ético.
"Sanders usó su cuenta oficial del gobierno para condenar un negocio privado por razones personales... puede lanzar ataques en su propio tiempo pero no usando su posición oficial ", indicó Shaub.
Con anterioridad a la publicación de Trump este lunes, el restaurante The Red Hen publicó ayer en su perfil de Facebook un mensaje de agradecimiento por el apoyo recibido por varias personas, y se ratificó en la expulsión, también con fuertes palabras.
No es la primera vez que en los últimos días un miembro del Gobierno de Donald Trump pasa un mal rato en un restaurante.
Hace menos de una semana fue noticia la irrupción de varios manifestantes durante una cena de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, quien comía en un restaurante mexicano en Washington DC.
En este caso, los manifestantes explicaron que el boicot era como como reacción al apoyo incondicional de Nielsen a la política de "tolerancia cero" con la inmigración ilegal, aplicada por la administración Trump.
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