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Los transeúntes de la calle Aguilera, una de las arterias más céntricas de la ciudad de Santiago de Cuba, se toparon este martes con un cartel donde se aboga por el NO al matrimonio igualitario en Cuba.
En la pequeña pancarta de dos hojas se citaba primero el artículo 36 del capítulo IV de la actual Carta Magna cubana, donde se plantea que “El matrimonio es la unión voluntaria concertada de un hombre y una mujer”, y más abajo se lee “Estoy a favor del diseño original. La familia como Dios la creó. Génesis 1:27”, en franca combinación para sumar votos por el NO cuando se haga la consulta popular del anteproyecto.
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Lo mismo sucedió en San Basilio entre San Félix, y en carretera del Morro, cuando otros papelitos, esta vez escritos a mano, también recibieron al santiaguero cuando despertó, pero con un mensaje más inquietante y abiertamente homófobo “el homosexualismo es una aberración y un atentado contra la familia".
Muchos no le hicieron ni caso y ni se detuvieron a leer, muestra de la apatía que vive una buena parte de la sociedad, pero otros sí mostraron interés pues es un tema que se aviva hoy y genera otras inquietudes.
“El problema es que cuando a los homosexuales se les dé derecho a casarse empezarán a tratar de adoptar niños”, comentaba una persona en la calle Aguilera y otra respondía “y qué me dices de los travestis que quieran dar clases, o de un hombre que se crea mujer y quiera competir en los deportes como mujer siendo hombre, y de la fertilización de una de las integrantes de una pareja de lesbianas, son cosas que se abren camino de aprobarse esto”.
Otros sí mostraron apoyo al tema del matrimonio igualitario, como el de una señora que sorprendentemente a pesar de ser bien anciana expresó “Cuba siempre ha apostado por ser un estado inclusivo, eso es también obra de la Revolución, pues por qué no seguir esa tradición de sumar las personas discapacitadas, los que sufrieron privación de libertad, etc. y ser más inclusivo con los homosexuales. Yo creo que sí, que se debe aprobar”.
El matrimonio igualitario, de ser aprobado o no en Cuba, es, por mucho, uno de los temas que más polémica ha generado en el país a partir de la aprobación del anteproyecto de constitución, debates que también han calado al interior de los hogares.
“Qué gran hipocresía es esto de las iglesias cuando ellos mismos tienen en su seno a personas homosexuales, y los que son sin asumirlo públicamente, es bastante hipócrita esta actitud. En Facebook se comenta mucho la noticia de las iglesias cristianas, y sé de unos cuantos que están a favor del NO y otros de permitir el matrimonio igualitario. En mis 57 años he visto pocos debates relacionados con la constitución que hayan generado polémica entre las personas, y eso es bueno”, asegura Carmen, económica jubilada.
Ángela, una señora que ya supera los 70 años, opina “yo era una persona que no entendía eso de los homosexuales, pero la vida hizo que tuviera un nieto homosexual, y tuve que entender a la fuerza algo que es evidente: una persona homosexual es más que lo que hace en la cama o con quién lo hace, es una persona, tiene calores, etc. Eso es lo que muchos necesitan comprender. Yo apoyo que los gay y lesbianas se casen, por qué no darle la legalidad a lo que ya hacen, lo que debemos es educarlos, igual que el resto de los niños y adolescentes y jóvenes, es a ser personas de bien, solo eso, pero la familia tiene que hablar más de esto, no solo en la televisión”.
Aprobar la modificación de la Ley de Leyes es el primer paso para reconocer el derecho de la comunidad LGBTIQ+, sin embargo, esto no significa el fin de prejuicios y actitudes discriminatorias.
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