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El reciente anuncio de un aumento en la regulación de permutas, donación, compraventa y construcción de viviendas en zonas que estén catalogadas de alta significación para el turismo en la Isla vendría a aumentar el “control de los militares” en ese sector y en la sociedad cubana. Así lo han indicado cuentapropistas entrevistados por Radio Martí.
Una de las cuentapropistas asegura que "ellos" quieren controlarlo todo y que el turismo vaya a más para el Estado, aunque al mismo tiempo eso suponga un freno para la calidad de vida de los particulares.
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Por su parte, el expropietario de la paladar Doña Ceci, en La Habana, afirma que la idea del Gobierno es tener el control de todo aquello que les interese para, en un momento determinado, poder ellos acceder y decir "sí o no”.
Otro de los criterios que se ha extendido tras la publicación de las medidas -que complica notablemente el proceso para viviendas enclavadas en ciertos lugares como Varadero, La Habana del Este, Centro Habana y La Habana Vieja- es el probable aumento de la corrupción y los sobornos, teniendo en cuenta el incremento de intermediarios en el proceso; intermediarios que tendrán absoluta capacidad de decisión en temas tan importantes como construir o no una casa, o permutarla.
A partir de ahora, el delegado del Ministerio del Turismo de cada territorio será el encargado de autorizar cualquier tipo de trámite habitacional en zonas consideradas turísticas. Los interesados deberán presentar una solicitud de autorización a la Dirección Municipal de la Vivienda, un trámite que en otras localidades se obtiene de forma rápida ante notario.
Básicamente, la nueva resolución lo que hace es dar “poder” a las delegaciones territoriales de Turismo, Planificación Física y Vivienda para decidir cuáles trámites proceden y cuáles no, y de ahí el disgusto entre quienes consideran que las nuevas medidas no hacen más que añadir restricciones al concepto "propiedad privada".
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