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Una pelea en Facebook entre dos hombres por cuestiones políticas (presuntamente vinculadas con Trump, aunque no han sido esclarecidas del todo), acabó con uno de ellos herido de bala en un muslo y en las nalgas, y el otro preso.
El hecho tuvo lugar el pasado martes en Tampa, cuando Brian Sebring (44 años) y Alex Stephens (46) iniciaron un desencuentro en la red social que fue subiendo de tono hasta llegar a amenazas muy serias.
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Según ha explicado Sebring (el que disparó), Stephens llegado un punto de la discusión se pasó al messenger y desde allí lo amenazó, y en especial a su esposa y a su hijo autista.
A continuación, Sebring cargó en su automóvil un rifle de asalto AR-15 y una pistola Glock y condujo hasta la vivienda de Stephens, donde sonó el claxon y esperó a que su contricante saliera de la vivienda.
Según recogió el canal local Fox 13, en cuanto Stephen apareció, se abría abalanzado sobre Sebring, y este respondió disparando.
Aunque Sebring en un primer momento huyó del lugar, poco después se entregó vuntariamente en la Policía y fue trasladado a la prisión del condado de Hillborough, donde se le impuso una fianza de 9.500 dólares.
Steve Hegarty (portavoz de la Policía de Tampa) ha dicho: "Parece que todo esto comenzó por un asunto de política, algo que tienen que ver con Trump. No estamos seguros de qué, exactamente. Pero escaló, hubo amenazas y comentarios desagradables".
Sebring, que trabaja de repartidor de pizzas, ha sido acusado de los delitos de "agresión agravada con arma mortal y no tener licencia de armas de fuego". La Policía ha dado a conocer que fue arrestado en 1996 y 1997 por un delito de violencia doméstica.
En declaraciones al Tampa Bay Times, Sebring ha dicho: "No soy un mal tipo [...] pero quiero decir, este tipo amenazó con lastimar a mi familia, y me salí de las profundidades. No estaba pensando bien. Sé, después de esto voy a ir a ver a un terapeuta o algo, amigo, porque eso es algo de miedo ... que podría perder los estribos de esa manera y hacer algo tan estúpido".
"Arruiné mi vida por esto", sentenció. Y añadió: "Ahora mi madre tiene miedo de salir de la casa, mis hijos temen ir a la escuela o a la iglesia, todo por culpa de algunos mafiosos del teclado".
Alex Stephens, por su parte, también tiene antecedentes penales y estuvo en una prisión estatal por cargos que incluyen robo y posesión de cocaína. Su último período en la cárcel terminó en 2016.
Stephens recibió el alta del Hospital General de Tampa poco después del tiroteo.
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